08
febrero
Increíble
Al firmar un contrato, llevamos todas las de perder, a menos que el contrato, lo redactemos nosotros.
El otro día, me invitaron a un programa de entrevistas en un canal de cable. Antes de grabar, una bella muchacha de producción, con un papel en la mano y con voz inocente, me dijo:
-Sr. Claudio, firme aquí. Y no se preocupe, es la autorización…
Menos mal que leí el papel que con tanto cariño me traía. Sentí ganas de salir corriendo al percatarme del contenido de aquella