Entre el 18 y el 22 de enero se ha celebrado la 37ª edición de la Feria Internacional del Turismo, Fitur, en el Recinto Ferial de Madrid, mejor conocido como IFEMA. En sus más de 62 mil metros cuadrados de extensión se podían encontrar representaciones de casi 10 mil empresas y 165 países, entre los que, por supuesto, se encontraba Venezuela.

Como era de esperarse, en el stand se presentaba a los visitantes una Venezuela multidestino, con paisajes diversos, playa, selva y montaña, información sobre paquetes a Los Andes, Los Llanos, Oriente y Occidente del país, así como productos emblemáticos de exportación, entre los que se destacan el chocolate y el ron, ambos con gran fama alrededor del mundo.

Sin embargo, es inevitable preguntarse si se le advertía a los visitantes en potencia sobre los peligros que en la actualidad amenazan a propios y extranjeros en esas tierras. Y sí, lo hacen. Naturalmente en una situación en la que estás intentando vender la marca de un país en el entorno turístico, no puedes ahuyentar a tu público, pero saben que es imposible esconder la inseguridad y el desabastecimiento que se viven en la actualidad en Venezuela.

“Como en muchos otros destinos, la seguridad es un factor a tomar en cuenta" explican.

Por esta razón, ofrecen destinos que consideran más seguros, como Margarita o Los Roques en el caso de turismo de playa, al considerar que tienen más garantizada su integridad. Y en lo que a abastecimiento se refiere, explican que en el ámbito turístico, las necesidades están generalmente satisfechas.

Explicaban también que querían separar la situación política, exagerada por los medios (según sus palabras), de lo que a ellos les interesaba: el turismo. Pero el turismo no se puede separar de la seguridad, de la violencia, de los cortes de luz, de la falta de insumos, que aunque insistan en el hecho de que no afecta a los turistas, no se puede negar que inevitablemente ofrece una visión distorsionada del destino.

“Se pueden mejorar muchas cosas” se le oye decir a alguno de los expositores venezolanos, “pero no podemos dejar de estar presentes”.

Es comprensible que no quieran faltar a tan importante cita, pero también es inevitable considerar las carencias y amenazas que implican para cualquiera escoger Venezuela como destino. Por ahora, la mejor baza del turismo venezolano son sus embajadores, el ron y el chocolate, entre los mejores del mundo y el talento profesional que sigue intentando dejar en alto el nombre de Venezuela en el extranjero.