Alrededor de un manifiesto, más de 1.200 personalidades del mundo del derecho, procedentes de 20 países diferentes, se han reunido en Madrid para denunciar que el juicio al líder opositor venezolano Leopoldo López "es nulo" y que en el mismo se cometieron "gravísimas vulneraciones de derechos".

El manifiesto, presentado en el Círculo de Bellas Artes y leído por el expresidente del Tribunal Constitucional español, Álvaro Rodríguez Bereijo, exige que el opositor sea puesto en libertad de manera inmediata e incondicional, al igual que los demás presos políticos. Cuenta entre sus firmantes con los expresidentes del gobierno Felipe González y José María Aznar; el expresidente del Tribunal Supremo español Javier Delgado y el exministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, entre otras personalidades.

"Venezuela es el país latinoamericano con los niveles más bajos de libertad y democracia, debido a la extrema violencia política, corrupción, extenuante represión, control de los medios de comunicación e injusta persecución de los líderes opositores".

Esta valoración de la organización Freedom House, fue recordada por los firmantes, quienes solicitaron a las instituciones venezolanas que garanticen plenamente los principios democráticos, la transparencia y la libertad para presentarse a los procesos electorales, así como el pluralismo político. Para su defensa, los juristas se apoyaron en la asociación Human Rights Watch, que tuvo acceso al expediente judicial de Leopoldo López y denunció que no se aportaron pruebas que permitan, bajo los estándares comunes del Estado de Derecho, "vincular a los acusados con ningún delito", ya que se limitaron pacíficamente a ejercer sus derechos de libertad de expresión y manifestación.

En el acto también estuvieron presentes los padres y la hermana de López, que agradecieron el apoyo que está recibiendo su causa en España y recordaron la figura del opositor encarcelado. Su madre, Antonieta Mendoza, pidió no olvidar a los 79 presos políticos que están en las cárceles de Venezuela y se mostró esperanzada con el cambio político de Venezuela, que definió como un "escenario complicado pero muy diferente al de antes del 6 de diciembre", en alusión a la victoria de la Mesa de Unidad Democrática en las pasadas elecciones parlamentarias.

El padre, Leopoldo López Gil, dio las gracias por sus gestiones que está realizando España para la libertad de su hijo y la restitución de la democracia y las libertades en Venezuela. Abogó por una justicia que "no debe ser ciega" porque, a su juicio, puede ser víctima de los abusos de los poderosos. Por su parte, la hermana del líder opositor, Diana López, recordó a las personas en el exilio, defendió que en su país "se utiliza el sistema judicial para perseguir a los opositores".