Katiuska Hernández: La pandemia revivió mi vena por el periodismo audiovisual
Serie: Periodistas venezolanas, más allá de la pandemia (III)
Katiuska Hernández es una de las mejores periodistas de economía de Venezuela. Lo dicen los colegas que han tenido la suerte de trabajar con ella y lo confirman los premios de excelencia que ha recibido en sus 22 años de trayectoria profesional.
"La Churry", como la conocen sus amigos, es un mujer acuciosa que no suelta una pista cuando su olfato la lleva a seguir una buena historia. Su fortaleza es que lo hace sin perder la calma, sin atropellos, sin distanciarse ni un instante de la ética y los valores que la sostienen en otras facetas de su vida.
La Prensa de Panamá captó su talento cuando el indetenible deterioro de la economía venezolana la empujó a explorar otros caminos y fue así como esta caraqueña criada en Los Andes se integró al semanario Martes Financiero en 2014. Allí ha sido reconocida dos veces con el premio de Periodismo Económico Iberoamericano que otorga IE University.
En 2016 formó parte del equipo ganador de la sexta edición del galardón por una serie de reportajes sobre las mujeres que construyeron la ampliación del Canal de Panamá. Y tres años después volvió a ser seleccionada entre las mejores con Los titanes del aire, reportajes en los que plasmó su mirada de los hombres que manejan la industria aérea latinoamericana.
Una de las claves del éxito de Katiuska Hernández ha sido su gran capacidad de adaptación. Comprendió a su llegada a tierras panameñas que era un país con una idiosincrasia muy diferente de la venezolana y aprendió las nuevas reglas del juego. Uno de esos cambios fue despedirse de la firma con la que era conocida profesionalmente en Venezuela para incluir su nombre de pila, Reyna, tal y como lo exige la legislación de Panamá.
Otros ingredientes no menos importantes en su carrera han sido su preparación académica como periodista audiovisual en la Universidad del Zulia y sus inicios en Radio Caracas Radio entre 1998 y 2000. Como reportera radial de política y economía fue testigo de los últimos meses del gobierno de Rafael Caldera y el comienzo de la Revolución Bolivariana de Hugo Chávez Frías.
Su consolidación en los medios impresos ocurrió en El Nacional, donde escribió durante 14 años sobre Economía y Negocios, tomando el pulso la agricultura, la industria y el comercio venezolanos. En esa casa recibió el premio de periodismo de la Cámara Americana de Comercio e Industria (VenAmcham) y el premio a la excelencia periodística otorgado por el Citibank.
El regreso a la audiovisual
El relato de Katiuska Hernández sobre su vida desde que la Covid-19 llegó a nuestras vidas es tan detallado como sus escritos.
"El primer caso fue anunciado en Panamá el 9 de marzo, y unos días después, el 11 de marzo, se declaraba pandemia en el mundo. En ese momento aún estaba yendo a la oficina en el diario La Prensa, pero para el 17 de marzo me confiné en casa y desde entonces no he salido para coberturas noticiosas. El diario que ya tenía todo su sistema listo para realizar el trabajo en remoto desde mucho antes, por una transformación digital de los procesos, activó el protocolo para que pudiéramos trabajar desde nuestros hogares".
Como otros momentos difíciles en su vida, Katiuska supo transformar los problemas en oportunidades. Contó que su labor combina la investigación y redacción de noticias de negocios y economía para Martes Financiero, que es una revista digital del diario, y el manejo de la estrategia de redes sociales del diario La Prensa.
"Ambas labores se pueden hacer digitalmente. Me activé realizando entrevistas grabadas por Zoom. Ahora no solo sale la entrevista escrita sino en video por las plataformas. Ha sido una buena oportunidad para aprender temas tecnológicos y seguir vigente".
A Katiuska no le pegó tanto la cuarentena porque ya ocupaba buena parte de su jornada en el periodismo digital, actividad que le es natural por su rapidez y agilidad mental.
"Ejercer el periodismo desde el confinamiento, es difícil pero no imposible. Quizás por el hecho de que el área de negocios y economía está más enfocada a las empresas, uno puede realizar una labor en remoto y entrevistar voceros empresariales, emprendedores, expertos y seguir entregando información de calidad".
La pandemia despertó la vena audiovisual que se había adormecido en las redacciones. Recordó que estudió periodismo audiovisual en una época en que no había controles remotos y cuando trabajaba en El Nacional ya se pasaba el día con una pequeña cámara Sony grabando videos para la web. Por eso apenas comenzó la pandemia sintió la necesidad grabar las entrevistar para compartirlas con su audiencia.
"Procuro hacer la entrevista fluida como una conversación. Selecciono a los entrevistados, hago las grabaciones en Zoom, juego con las tomas en la medida en que la plataforma me lo permite y luego el material lo edita el equipo del diario".
Katiuska no ha tenido tiempo de aburrirse. Cuenta que ha pasado la pandemia escribiendo para Martes Financiero y colocando material, subiendo videos y enlazando el contenido que sale en vivo en las redes sociales de La Prensa.
"Por ejemplo, cuando se reportan los casos de la Covid-19, el equipo de contenido digital de La Prensa transmite en redes sociales y yo pongo el enlace en Twitter y tuiteo en tiempo real lo que van diciendo los ministros".
La vida con María Victoria
Lo que el coronavirus sí se ha transformado por completo es la organización de su vida cotidiana. Katiuska es lo que en Venezuela llaman una "pata caliente" y no había día en que no tuviera programada una caminata a un parque, ir a curucutear ofertas en un centro comercial o ir a la iglesia.
"Los primeros meses no salí. Un joven que hace delivery y es venezolano se transformó en la persona que nos hacía el mercado en marzo, abril y mayo. No fue sino hasta junio que fui al supermercado una vez luego de tantos meses", relata Katiuska, quien vive con su madre María Victoria Rojas, de 83 años. La necesidad de protegerla del virus impulsó ese aislamiento extremo al inicio de la pandemia aunque desde agosto han salido a caminar tranquilas por espacios abiertos.
Como antídoto para la desesperanza, Katiuska siempre ha tenido a Jesucristo. La pandemia no ha detenido la actividad de la iglesia sino que la ha diversificado a través de reuniones virtuales.
"La fe en Nuestro Señor Jesucristo, la oración, cantar alabanzas a Dios y leer la biblia han sido nuestro refugio para no deprimirnos, y a la vez de estar en contacto con familia y amigos por Zoom".
Las primeras semanas tuvo que esforzarse por encontrar un equilibrio entre el teletrabajo y el hogar pero cree que con el paso del tiempo lo ha ido logrando.
"Ahora tenemos varios días libres y una de las cosas que he hecho es ponerme a cocinar, redecorar algunos rincones de la casa y cantar canciones de alabanza".
A su madre le afectó sentirse presa porque su edad no le impide tener amigas y un pequeño emprendimiento en el que vende productos de belleza. "Pero ahora lo hace por WhatsApp y aunque no es mucho lo que vende, eso la mantiene entretenida y podemos sumar para comprar sus medicamentos".
Katiuska Hernández ha observado el impacto negativo que ha tenido la pandemia en la economía y dijo que muchas empresas se han visto en la necesidad de reducir jornada laboral y por ende el salario. Y los medios de comunicación no se escapan de esa realidad. Pero ella sigue aportando desde el diario con mayor prestigio de Panamá, sin desvincularse de sus amigos y la situación venezolana.