En dictadura hay que informar entre líneas
“Es el momento de empezar a entender al régimen venezolano como una dictadura, aceptar las restricciones informativas de la censura y comenzar a leer las informaciones entre líneas”.
Así lo apunta César Miguel Rondón, el periodista radiofónico con mayor audiencia en Venezuela y también Miembro de Honor de Venezuelan Press, a poco más de un año de haber salido de bajo amenazas al ser señalado públicamente por Maduro. Rondón, de visita en Madrid para reeditar su famoso Libro de La Salsa y en conversatorio exlusivo con Venezuelan Press, ha admitido que ya no puede editorializar ni hablar abiertamente de lo que sucede en el país durante su programa.
"Estamos bajo una dictadura, y tenemos que aceptar que para mantener los espacios, hay que actuar de otra manera".
Para continuar su espacio informativo, que ya supera las dos décadas, sigue retransmitiendo en vivo desde su exilio en Miami, con el apoyo de un equipo de profesionales jóvenes que monitorea la realidad en Caracas.
"Los oyentes me reclaman porque no he hablado abiertamente de algunos sucesos importantes, como el de Óscar Pérez... Es duro leer en Twitter los comentarios de la gente acusándome de colaboracionista", confiesa con dolor el periodista, al explicar que se trata de "un lápiz rojo", de la censura oficial, que determina si los temas pueden hablarse o no, so pena de terminar silenciados, como centenares de otros espacios radiofónicos opositores.
Hijo de una pareja de exiliados adecos presos durante la dictadura, César Miguel Rondón ha sido categórico al indicar que no apoya las salidas militares ni externas ni internas, e incluso recordó que ni en la época de mayor popularidad de Chávez, apoyó sus aspiraciones políticas.
Con un breve y fechado resumen histórico, Rondón recordó a las nuevas generaciones que durante la primera campaña presidencial del fallecido líder rojo, casi todos los grandes grupos de poder en Venezuela apoyaron a Chávez, e incluso accedieron a breves cuotas de poder. Y estratégicamente, una vez electo, Chávez consiguió el apoyo del estamento militar, sumándolo a la estructura de gobierno con el manejo de multimillonarios programas de ayudas sociales.
Explica César Miguel Rondón que aunque Chávez rápidamente se deslastró de los apoyos privados, disfrutó de tal bonanza petrolera que pudo, a pesar de la creciente oposición interna, afianzar su proyecto revolucionario, que a la par permitió grotescos niveles de corrupción. Para explicar la pervivencia del régimen, Rondón señala que hasta hoy no ha habido una estructura política opositora de masas que pueda enfrentarse al chavismo.
"Primero Justicia y Voluntad Popular, que hoy son los partidos mayoritarios, son dos partidos distintos siendo idénticos (y distintos por egos personales - apunta-) pero no han tenido suficiente penetración en las bases populares. Son partidos con maquinarias electorales, pero no han tenido la fuerza que en otra época logró AD, por ejemplo, para movilizar todo el país. Esos partidos se plantean ejercicios electorales dentro de un organismo que es una caja de espejos... Lo que ves no es lo que hay en la realidad. Parte del problema que tenemos hoy ha sido por errores políticos. En Primero Justicia, el máximo líder no es el candidato presidencial, Henrique Capriles, que en su momento alcanzó siete millones de votos. Y el líder de ese partido, Julio Borges (a quien no considera el traidor de la MUD, como algunos le acusan) se ha planteado como única salida, la vía democrática, ante un régimen gobernado por criminales que han secuestrado las instituciones y las leyes" precisó.
Rondón tampoco comprende por qué López, el líder de Voluntad Popular, admitió que estamos bajo una dictadura, y aún así se entregó voluntariamente. Y al preguntarle sobre Capriles, recuerda que en la elección del 2013 aunque había reales sospechas de que había ganado, Henrique consideró que reclamar el triunfo con la gente en la calle sería una masacre... "El tiempo dirá si aquella decisión fue un error", dijo en voz baja. También señaló como un error político el incumplimiento de las medidas prometidas por de la Asamblea Nacional opositora electa.
"En el 2015 apostamos todo a la elección parlamentaria y la ganamos. En marzo del 2015 Maduro estaba completamente derrotado, pero el presidente de la Asamblea, después de sacar las fotos de Chávez del hemiciclo, no convocó a las elecciones del Tribunal Supremo, ni tomó acciones para sacar al presidente… Y al cabo de un año Maduro, sin hacer nada, quedó nuevamente atornillado en el poder. (...) Ese panorama de errores es lo que nos trae a la realidad de hoy".
Entre sus comentarios asumió un mea culpa colectivo al mencionar el agravante de haber permitido que cientos de jóvenes se ilusionaran con la idea de que lanzando piedras estaban más cerca de derrotar al régimen, mientras en la GN no había dudas sobre dispararles a mansalva... "No debimos alentarlos a ir a la calle", lamentó. Y para cerrar, sin ánimo de ser pesimista, Rondón cerró confesó que como el resto de los venezolanos está muy adolorido, se siente como el boxeador sangrante, arrinconado...
"Pero aún vemos un poco; vemos que las sanciones internacionales tienen al gobierno acorralado".
Frente a ese panorama, con su experiencia, aconsejó: "lo que nos queda a los periodistas es seguir nuestra labor, comprendiendo que tenemos que aprender a actuar y a informar, de la manera como se hace en dictadura.
"Los tubazos y las primicias ya no tienen sentido... Ahora tenemos que leer entre líneas".
Al finalizar el encuentro, Venezuelan Press le hizo entrega del libro editado este año por la Asociación: El exilio venezolano. Perspectivas del caso España 1998-2018 por el que mostró mucho interés.
Fotos: Carlos Marques