Venezuela, de nuevo portada en la prensa española por ataque a diputados de oposición
El 2 de septiembre de 2016, Venezuela acaparó las portadas de la prensa española impresa por la "espectacular marcha" que se realizó en Caracas el día anterior, datando su asistencia en 500 mil marchistas. Nueve meses después, dos de ellos prácticamente en guerra y un centenar de muertos, volvemos a las portadas españolas -e internacionales- pero no con las manifestaciones caraqueñas, a pesar de su impresionante saldo, sino por la brutal agresión a diputados opositores dentro del propio Parlamento por parte de un grupo de afectos al chavismo. Vamos a peor. Y la prensa lo sabe.
A tres columnas y en la esquina superior derecha -la que más se ve- El País titula: "Maduro recurre a matones para atemorizar al Congreso". La foto: palos, agredidos y agresores, bandera de Venezuela en medio, habla por sí sola. Entradilla de la nota firmada por Ewald Scharfenberg desde Caracas: "A pesar de las agresiones, instigadas oficialmente, la Asamblea Nacional convoca un plebiscito contra la Constituyente chavista". A los lectores de este prestigioso diario español, indistintamente de su ideología política, no les cabe hoy la menor duda: "cuando el vicepresidente se fue y los colectivos atacaron, no se vio a la Guardia Nacional proteger a los parlamentarios", palabras del redactor que corroboran en cuatro líneas lo que a todas luces es una dictadura, donde las fuerzas de seguridad actúan bajo mandato del líder sin pudor alguno. "Asalto a la Asamblea Nacional" se titula el editorial, otro texto sin desperdicio.
A cuatro columnas, la foto de portada de El Mundo muestra a un ensangrentado Leonardo Regnault, "protegido" por su homólogo, el legislador Luis Stefanelli, con las manos levantadas en señal de paz. "Los chavistas, a palos con el parlamento" se titula la nota que se despliega en la página 20 y que explica a los lectores de tiempo breve: "Las brigadas de choque del chavismo irrumpen ayer en la Asamblea Nacional venezolana con palos, piedras, cuchillos y explosivos pirotécnicos y agredieron salvajemente a los diputados allí presentes. Cinco parlamentarios opositores y siete trabajadores del edificio resultaron heridos durante el asalto". A buen entendedor, estas palabras bastan. Venezuela está al borde de una guerra civil, mientras su Presidente pide "paz" en cadena nacional al mismo tiempo. Acción-reacción incongruentes, en un país en el que la incongruencia se ha apoderado de sus instituciones.
A dos grandes columnas, de arriba a abajo, la portada de La Razón es categórica: "Dictadura de sangre" un título en rojo y en mayúsculas, contrario a toda norma de estilo periodístico, pero muy propio de la situación y de la sensibilidad de editor. Lo acompaña la foto del diputado opositor Armando Armas con la cabeza ensangrentada luego de que los atacantes entraran, incluso, hasta su escaño. Nada justifica este hecho, pero el Presidente sigue en su alocución durante un desfile militar que conmemora el Día de la Independencia del país. De nuevo incongruente. "La Guardia Nacional dejó actuar a los paramilitares / Llevaban bolas cubiertas de papel de aluminio con pólvora y piedras en su interior, cócteles molotov y barras de hierro / Tengo varios golpes en la cabeza". Palabras entrecomilladas de Armas, que hoy todos los lectores de este diario conocen, en favor del trabajo de hormiguita que hacemos a diario los venezolanos en España para explicar lo que nos está pasando.
Por último, por reseñar sólo cuatro de los miles de periódicos del mundo que hoy llevan en su portada la situación venezolana, La Vanguardia. A cuatro columnas y en su esquina superior derecha: "Chavistas contra diputados en Venezuela". Y una foto de EFE más contundente que las anteriores: la de un diputado opositor en el suelo, semiinconsciente, mientras es apaleado por dos encapuchados delante de unos Guardias Nacionales que parecen de cera, inmóviles, complacientes. "Grupos de simpatizantes de Nicolás Maduro irrumpieron ayer por la fuerza en la Asamblea Nacional y agredieron a diputados opositores al régimen venezolano". Corto pero preciso, y explicación a la página 10 en la sección internacional.
Si algo tiene la prensa española es su constante a la hora de hablar de Venezuela, desde sus diferentes matices y ópticas, según estilos y conveniencias, pero en este día todas coinciden en el grave hecho -más, si cabe- que no se podía tapar con un dedo: agredir a diputados de oposición y, peor aún, dentro del hemiciclo, por personas afectas al gobierno armadas con palos y bombas, mientras las fuerzas de seguridad no sólo no intervienen sino que miran atentas el desarrollo de los hechos, no es propio de un país democrático. Clara señal de que "algo pasa" en Venezuela, y de que la comunidad internacional y España, en particular, deben tomar acciones más contundentes a fin de mediar en un conflicto que, de seguir por este camino, en breve volverá a copar las portadas de todos los diarios, no queremos saber con qué noticia.