Mariela Díaz Romero gana el ‘Concurso de microrrelatos en cuarentena’ de Venezuela Press

presentacion adelante venezuelan pressLa periodista venezolana Mariela Díaz Romero, con su trabajo Cigüeñas, ha sido la ganadora del 'Concurso de microrrelatos en cuarentena' convocado por la Asociación de Periodistas Venezolanos en España Venezuelan Press entre sus socios. El jurado ha estado conformado por los Miembros de Honor de la asociación: Claudio Nazoa, Eduardo Orozco y Napoléon Bravo.

El veredicto se ha dado a conocer el 16 de marzo de 2022 durante la presentación del libro que recoge los 34 trabajos presentados, en un evento híbrido celebrado en la librería Nakama de Madrid y la sala virtual de la asociación. La ilustración de portada es de la periodista de Lilian Rosales B. miembro de Venezuelan Press.

El libro ADELANTE, microrrelatos en cuarentena de periodistas venezolanos, ya está disponible en Amazon y los beneficios de su venta serán destinados a la campaña "Una mascarilla para los periodistas en Venezuela".

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Adelante Venezuelan PressLa Junta Directiva de Venezuelan Press convocó este concurso durante el confinamiento por coronavirus en 2020 para dejar testimonio de lo que estábamos viviendo y, sobre todo, para ayudar a sus socios, como familia, a soportar el envite.

Con el compromiso de anunciar el ganador cuando acabara la pandemia, en vista de que dos años después el coronavirus sigue estando entre nosotros, la Junta Directiva decidió dar un paso 'adelante' y hacer una declaración de intenciones para despedir la pandemia y celebrar la vida. Así nació este libro, porque si de adaptación se trata, los periodistas venezolanos ya estamos entrenados.

Los autores y sus microrrelatos se encuentran en este enlace. Y he aquí el ganador. Pase entonces, querido lector. La vida continúa. ADELANTE.

Cigüeñas 

Mariela Díaz Romero

Entro en casa sin hacer ruido. Son las 8 am y tres niños duermen en una habitación. He cruzado calles desiertas y frías, he avistado a lo lejos alguna figura humana. Durante la pandemia, en este pueblo de la sierra madrileña, todos se esconden menos las cigüeñas que revolotean sobre los techos de las casas.

Preparo café y desde el baño mi hermana me saluda con la mano, se prepara para ir a su trabajo como farmacéutica. Al rato, nos reunimos para tomar la bebida caliente. Me pregunta por las novedades, pero la única que puedo contarle es que la enfermera con la que trabajo como cuidadora de su hijita, me ha regalado una mascarilla. La exhibo como un trofeo: mi hermana la observa, golosa. A ella también le han dado una que debe usar durante ocho horas, seis días a la semana.

Un mudo visitante habita en casa. Por ahora, no hay síntomas. Ayer jugábamos a los dados: si se manifestase ¿a dónde deberíamos ir? ¿Estar en casa, con el riesgo de contagiar a tres niños, o en la soledad del hospital?

Esta mañana fría de cielo blanco y nieve, las cigüeñas permanecen junto a sus nidos, calladas pero vigilantes. Mientras tanto, esperamos el desenlace. Podrá ser fiebre y tos. O facturas de cifras abultadas. O novedades, si es que la muerte es novedad.

Cuando salga el sol, las aves se lanzarán al vuelo y se escuchará el repiqueteo de sus picos como varas de madera que golpean el cielo.

Adelante libro de Venezuelan Press