Gente que hace cosas / Neptalí Ramírez

Neptalí, un voluntariado sin límites

Hace 40 años fue diagnosticado epiléptico con discapacidad intelectual grave, y hubo médicos que no abrigaban un crecimiento y desarrollo normal. Pero este venezolano tenaz, que llegó a España con los padres para visitar a la hermana, no solo aprendió a usar las herramientas que adquirió en su país, sino que acabó en Barcelona por romper con la burbuja de sus limitaciones y hoy es una persona más útil y para quien el término inclusión no es un regalo sino un desafío.

neptali“Soy un echado pa lante y no temo a las dificultades… cuando dicen hay que hacer esto, yo estoy de primero como un jefe”, explica Neptalí Ramírez Henríquez cuya labor de las colectas de la Asociación Contra el Cáncer, se suma al voluntariado en Caritas, así como su presencia en maratones y jornadas voluntarias, además de repartir dípticos informativos en las farmacias del barrio San Andreu, actividad que asume con entusiasmo porque le permite distraerse, caminar, relajarse, conocer y dialogar.

“Es nuestro héroe porque se compromete con la responsabilidad asignada y siempre actúa con mayor expectativa de lo esperado”, señala su hermana Marisela.

Atento, gentil con los mayores y de buen humor, Neptalí potenció en Barcelona sus cualidades de ciudadano útil, que no se fija en el salario sino que las cosas salgan bien. Como él mismo lo expresa con una sinceridad que apela a la ternura: “A mí me ponen a darle agua a los corredores de un maratón y soy el jefe de las aguas”.

Por ahora, Neptalí goza de la residencia temporal por razones humanitarias, y aguarda por la resolución que le permita iniciar la solicitud del certificado de discapacidad a fin de asistir a un centro acorde a su necesidad, aprender nuevas habilidades y seguir ayudando a la gente, sin importar cuán grande sea el tamaño del reto que intenta vencer con su excesiva generosidad.