De noche, como suelen cometerse los peores crímenes, la policía política del régimen de Nicolás Maduro ingresó a las instalaciones del diario El Nacional para hacer realidad el sueño que ha acariciado Diosdado Cabello: darle el tiro de gracia a uno de los periódicos más emblemáticos de Latinoamérica, uno de los medios con mayor protagonismo en las luchas contra las dictaduras y baluarte en la defensa de la democracia y las libertades, no solo en Venezuela sino en todo el mundo.

Con este acto infame de allanar las instalaciones y apropiarse de los equipos de El Nacional queda al descubierto una vez más la triste realidad de la prensa en Venezuela, cuyo personal, desde directivos hasta periodistas y trabajadores, dan la cara para enfrentar el acoso gubernamental, litigar contra las múltiples demandas judiciales y esquivar los atentados violentos de los grupos armados oficialistas contra estos medios que se resisten a doblegarse para cumplir por encima de la confrontación política con el sagrado deber de informar.

Este asalto y expropiación de El Nacional por parte de Diosdado Cabello, conocido como número dos del régimen de Nicolás Maduro, no sorprende a nadie, dentro y fuera del país, ya que este personaje había jurado desde hace dos años hacer realidad sus amenazas contra el principal diario de Venezuela, una vez que los tribunales de Justicia, inclinados a su servicio, fallaran en una sentencia que ya había sido conocida antes de ser anunciada.

Para los periodistas y reporteros gráficos que han trabajado para El Nacional, esta decisión judicial que complace a Cabello y a Maduro no solo debe recibir el rechazo de la comunidad venezolana, dentro y fuera de Venezuela, sino también de los periodistas y demás profesionales vinculados al oficio de la comunicación social en todo el mundo.

Por este motivo, Venezuelan Press invita a los colegas periodistas españoles, independientes y asociados en las distintas asociaciones gremiales agrupadas en la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), así como a las figuras reconocidas del periodismo en España, a condenar este nuevo atropello contra la libertad de expresión y la libertad de prensa en Venezuela. Hacemos extensivo el llamado de solidaridad a las organizaciones políticas españolas, a centrales obreras y a personalidades de las artes y la cultura.

Este nuevo atropello contra la prensa venezolana es una maniobra más del régimen de Nicolás Maduro contra el periodismo libre en Venezuela, pero no es una decisión aislada, sino que, lamentablemente, forma parte del ataque sistemático a los medios de comunicación en nuestro país. Muestra de ello, son los más de 200 medios de comunicación que han sido amordazados, cerrados, perseguidos y atacados de distintas formas, desde 2004.

También es muestra de la persecución a los medios de comunicación, los cerca de 400 periodistas agremiados en esta Asociación, vinculada a la FAPE. Cuatro centenares de historias que han tenido que reescribirse lejos de nuestras fronteras, sin  desistir nunca en nuestra lucha fundacional: informar, denunciar y mantenernos fieles a la verdad.

En definitiva, el atentado y expropiación de los equipos de El Nacional, amparado bajo una opaca decisión judicial, no hace más que acentuar el carácter represivo y dictatorial del régimen de Nicolás Maduro y de las instituciones que hoy actúan bajo su servicio.

El Nacional no pertenece a una familia ni a un grupo empresarial. El Nacional es de los venezolanos.