Médicos venezolanos en España: Una fotografía en tiempos de covid-19
"Los médicos venezolanos han estado a la vanguardia de la pandemia" asegura Giovanny Provenza, un joven galeno venezolano que ejerce su profesión desde hace algunos años en Madrid y es el actual vicepresidente de la Asociación de Médicos Venezolanos en España (AMEVESP). Esta organización, creada en el año 2017, cuenta con 2.646 afiliados en sus haberes, muchos de los cuales por puro altruismo han acudido al llamado de las Comunidades Autónomas, en el pico más alto de la covid-19, apoyando no solo al suyo sino a otros gremios: psicólogos, fisioterapeutas y enfermeras, “en este momento tan complicado que viven ahora”, asegura Provenza, pese a las restricciones que han tenido no solo para homologar sus títulos, sino para lograr algo tan vital en la vida de un inmigrante como asegurar su residencia legal y hacerse con un permiso y trabajar en su profesión.
En el conjunto del Estado español, según el informe de la Estimación de la oferta y demanda de médicos especialistas en España 2018-2030 publicado en la página del Ministerio de Sanidad, 48 títulos de medicina comunitarios y otros 4.618 títulos de medicina extracomunitaria se encuentran a la espera de la respuesta por parte del Gobierno en el Congreso de los Diputados.
“No hay voluntad política para eliminar las trabas y contratarnos”, enfatiza Provenza, a pesar de las reiteradas peticiones y ofrecimientos por parte de esta organización, entre los que destacan una carta escrita a la Presidenta de la Comunidad de Madrid Isabel Díaz Ayuso, a través de la cual ofrecían sus servicios profesionales. Este médico venezolano trabaja en dos clínicas privadas, en una de ellas “pasa consultas” y en otra se desempeña como ayudante de quirófano en Traumatología. Considera que estos “son lugares donde se puede ejercer con más facilidad, porque no existen tantos trámites burocráticos”.
Asegura Provenza que 616 médicos venezolanos esperan la homologación del título de Medicina General, lo cual depende del Ministerio de Universidades, y otros 474 esperan por el reconocimiento de especialidades como Medicina interna, Medicina de familia, Medicina intensiva y anestesiología, responsabilidad del Ministerio de Salud. Son necesarios en una España en la que existe un déficit de 4.000 médicos susceptible de prolongarse hasta el 2025, además de una proyección para los próximos 15 años de unos 70.000 médicos pendientes de jubilarse -con una edad media de más de 50 años-, para quienes no pareciera haber una generación de relevo.
El estatus migratorio es otra barrera a superar. “Para nadie es un secreto que muchos médicos venezolanos entran pidiendo asilo político”, reflexiona Provenza, lo que les veta para tener una oportunidad laboral en la sanidad pública o privada. “Así nos encontramos en las calles de Madrid con médicos especialistas trabajando como repartidores de Glovo, de personal de limpieza”. Muchos de ellos son padres de familia y forman parte de esta organización, que está conformada por una Junta Directiva, un Consejo Nacional con representantes en todas las Comunidades Autónomas y en cada uno de los temas. Estos casos han sido el principal motor en el comienzo de una lucha reivindicativa que busca acortar los lapsos de los procedimientos y brindar asesoría a sus afiliados.
Pero las trabas no son solo para los médicos venezolanos recién llegados al territorio español, sino también para los que han logrado pasar el filtro de la especialidad o MIR con las dificultades que esto implica, así como el “números clausus” o quienes ya están colegiados. “Aun cumpliendo con todos estos requisitos no se nos permite ejercer nuestra carrera en España”, señala Provenza.
La aprobación en Consejo de Ministros de un Real Decreto, en el que se da luz verde a las Comunidades Autónomas y al Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (INGESA) en la contratación de “personal facultativo y no facultativo”, para hacer frente a la crisis sanitaria por la covid-19, se deja ver alguna esperanza para los galenos venezolanos. Este Real Decreto permite la contratación de 10.000 profesionales sanitarios con el MIR aprobado que no hayan obtenido plaza en la convocatoria 19/20 y para los especialistas no comunitarios, fuera del ámbito de la comunidad europea.
“No debemos caer en la diatriba política. Esta enfermedad es un tema de carácter humanitario que no se debe politizar” es el llamado que hace Provenza a las autoridades sanitarias y al Gobierno Central.
Sin duda, es necesario un esfuerzo mancomunado de todos estos actores para mejorar las condiciones laborales generales de los médicos nacionales o extranjeros. También se requiere un esfuerzo en cuestiones relacionadas con las extensas jornadas laborales y los precarios salarios, evitando que emigren a países como Francia y Reino Unido en busca de una mejor calidad de vida e incentivando con esto el reforzamiento del Sistema Nacional de Salud, con el objeto de combatir esta y futuras pandemias, y que España no encabece una vez más en la lista de países europeos con mayor número de muertes por coronavirus.