Entender a Trump
Donald Trump busca reelegirse el próximo 3 de noviembre para reeditar su hazaña del 2016, cuando propinó a Hillary Clinton uno de los reveses electorales más inesperados de los que se tenga memoria. El presidente número 45, que jamás había incursionado en la política pero a quien los estadounidenses llevaban años viéndolo como presentador de un popular programa televisivo, representa uno de los fenómenos políticos más interesantes del siglo 21.
Su lenguaje llano y sin los modismos propios de los políticos profesionales le permitió lograr una comunicación directa con la población blanca no educada en los estados del centro-norte (el llamado Mid-West), que rechazó el multiculturalismo y el libre comercio defendido por los demócratas. Ese vínculo se ha mantenido prácticamente blindado, ya que el voto duro trumpista no ha bajado de un 40 por ciento pese a los escándalos que han ocurrido a ritmo frenético desde el primer día de este gobierno.
Trump se ha construido la imagen del defensor de los estadounidenses blancos sin título universitario, pese a haberse criado en el hogar de un magnate inmobiliario neoyorquino. En el 2016, su campaña giró en torno a la necesidad de construir un muro a lo largo de la frontera para negar el ingreso a inmigrantes mexicanos que son “criminales” y “violadores”.
En esta oportunidad, su estrategia electoral es pintar a su rival Joe Biden como un líder senil controlado por radicales izquierdistas que le impedirán responder con entereza a la violencia, como la ocurrida durante algunas protestas recientes contra el racismo y la brutalidad policial.
Sus detractores lo acusan de racista, inepto, nepótico, misógino, corrupto y traidor a la patria, por citar algunos epítetos. En contraparte, sus simpatizantes lo aplauden por su maestría a la hora de imponer el debate nacional, haber colocado a dos magistrados conservadores en la Corte Suprema y reformular tratados comerciales, entre otros puntos.
Con tal panorama, la mesa está servida para otro final de fotografía este mes de noviembre, algo que –dado su alcance en todos los órdenes- no debemos perdernos, donde quiera que estemos.