La visita al Gabinete de Comunicación del Parlamento Europeo en España
Tras la bandera azul de doce estrellas:
Visita al Gabinete de Comunicación
del Parlamento Europeo en España
Programa de inmersión en entornos de comunicación
Venezuelan Press - 19 XI 2019
Fotos: Jack Bocaranda
Estoy sentado en un banco de madera frente al 46 del Paseo de la Castellana de Madrid. En el móvil veo el reporte del clima: 5 grados centígrados, sensación térmica de 2 -¿Por qué salí del piso sólo con mi chaqueta de cuero?-. Faltan 15 minutos para el encuentro, no tengo tiempo de buscar mejor abrigo.
Miro el edificio al que me dirigiré. Su entrada está adornada por una decena de banderas de color azul con doce estrellas amarillas en círculo. Este símbolo de la Unión Europea –gracias Wikipedia- fue diseñado por Arsène Heitz, un pintor de Estrasburgo que se inspiró leyendo la pieza introductoria de la fiesta de la Asunción de María: Un signo grandioso apareció en el cielo, una mujer iluminada por el sol, la luna bajo sus pies, y en su cabeza una corona de doce estrellas.
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Para distraerme del frío enciendo un cigarro y reviso la edición de hoy del diario El País –sí, soy un romántico y aún compro el periódico en papel-. Me detengo en la página 7, sección Internacional. Busco algún dato que me sirva para tener algún tema de conversación con mi cita.
En la parte superior izquierda de la página se ve la foto de un hombre y una mujer que se dan la mano y sonríen a la cámara. Detrás de ellos identifico la bandera azul y estrellada de Arsène Heitz. En el pie de página se identifica a la pareja: Antti Rinne, primer ministro de Finlandia y Ursula von der Leyen, presidenta electa de la Comisión Europea.
El título de la noticia bajo la foto trata de explicar la sonrisa de ambos: La Eurocámara allana el camino para la investidura de la nueva Comisión.
Palabras más, palabras menos, el artículo anuncia que se ha saltado el último escoyo que tenía Von der Leyen para investirse como presidenta de la Comisión Europea tras haber ganado las elecciones del 26 de mayo. Será la primera mujer en la historia que ocupe este cargo. Viene de desempeñarse como Ministra de Defensa de Alemania desde 2013 hasta 2019.
La piedra en el zapato de Von der Leyen era el húngaro Olivér Várhelyi, uno de sus candidatos para conformar su Ejecutivo. La aceptación de su postulación se vio nublada por una declaración del primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, que comprometía su independencia, hasta que afirmó por escrito no estar atado ni influenciado por ninguna declaración o posición de ningún primer ministro o país.
Hungría, Polonia y República Checa, son los vecinos incómodos del “condominio” europeo. Estos países estarían cerca de ser condenados por el Tribunal de Justicia europeo por negarse a participar en el sistema de reubicación de refugiados aprobado por la Unión Europea en 2015 para socorrer a Italia y Grecia, quienes sufren una afluencia masiva de emigrantes.
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Por lo visto detrás de esa placida bandera azul y estrellada -que veo desde un banco de madera en esta mañana inusualmente fría del otoño madrileño- se agrupan países muy dispares y en conflicto permanente. Cierro el periódico y lo guardo en mi bandolera de inmigrante, ya es la hora de mi cita.
Cruzo la calle y me dirijo a la entrada del edificio flanqueado de banderas azules y estrelladas. Ya estaban allí mis compañeros de Venezuelan Press -Asociación de periodistas venezolanos en España-. Juntos iniciaremos el Programa de Inmersión en entornos de comunicación, en el Gabinete de Comunicación del Parlamento Europeo en España.
Allí estaban Carleth Morales –presidenta de Venezuelan Press-, Beatriz de Majo –internacionalista y miembro de honor de Venezuelan Press- y una docena de colegas periodistas. Al grupo se sumará luego Víctor Suárez –coordinador del programa de inmersión.
Mientras esperamos a que nos den el acceso, conversamos sobre nuestra trayectoria profesional en Venezuela luego de que el chavismo-madurismo nos hiciera emigrar: algunos trabajaron en Unión Radio, otros en Radio Caracas Televisión y Radio Caracas Radio, yo en El Nacional… Todos nos quedamos sin micrófono, sin cámara, sin imprenta. A todos nos movieron el piso.
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Pasamos nuestras pertenencias por el sistema de rayos equis y verifican nuestros datos en una lista. Mientras buscan mi nombre tomo una postal de la recepción. En ella se lee: “Lo que Europa hace por mí”. Eso es lo que queremos nos explique quién vinimos a visitar: Damián Castaño Martín, jefe de prensa de la Oficina de información del Parlamento europeo en España.
Egresado como licenciado en periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, trabajó en varios medios de comunicación -El Día, Cadena Ser, Antena 3 TV- antes de ingresar en la agencia EFE con la que terminó siendo corresponsal en Bruselas.
Pensé que íbamos a caminar entre escritorios llenos de papeles y periodistas corriendo de un lado a otro. No. La inmersión se convirtió en una mesa redonda en la que Castaño Martín fue nuestro Arturo.
Delante de él sólo algunos papeles y su celular: su oficina móvil permanente. Nos obsequió a cada uno una libreta para tomar notas y un bolígrafo azul y amarillo con pequeños emblemas de la bandera europea. Para luego sacar su espada y mostrarnos su brillo: su palabra.
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Castaño Martín comenzó su explicación comentando que la Unión Europea nació por una guerra, o mejor dicho, por la gran guerra. Sus miembros permanecían en frecuentes conflictos entre ellos. La necesidad de encontrar paz los obligó a unirse. Seis décadas después –en 2012- la institución recibiría el premio Nobel de la Paz.
Luego quiso aclarar algo que le parecía crucial para entender el papel del Parlamento Europeo: las leyes o directrices que emanan de este organismo son de “obligatorio cumplimiento” por parte de los países miembros.
Teniendo claro el origen y el poder de la Unión Europea, pasamos a conocer su conformación: Parlamento Europeo, Comisión Europea y Consejo de la Unión Europea. Los tres organismos forman un "triángulo institucional”; la Comisión propone las nuevas normas, el Parlamento y el Consejo los que las adoptan y los Estados las aplican.
Adicionalmente, hay otros dos entes que funciona como fiscalizadores: el Tribunal de Justicia –que vela por el cumplimiento de la legislación europea- y el Tribunal de Cuentas –que controla la financiación de las actividades de la Unión.
Todo sabemos que en las primeras citas no es posible entrar en muchos detalles, pero Castaño Martín no quiso que nos fuéramos sin probar algunos abrebocas para abrirnos el apetito de conocimiento sobre el Parlamento Europeo.
Nos dijo que estaba conformado por 751 diputados electos directamente por los ciudadanos de la Unión Europea. Alemania -el que más posee por su número de habitantes- cuenta con 90 y España es representada por 54.
Los diputados se agrupan por grupos políticos de todas las tendencias ideológicas -desde la izquierda más radical a la extrema derecha-. Hay 7 partidos más grupos más pequeños que se conocen como los “no inscritos”.
Actualmente el promedio de edad de los diputados del Parlamento Europeo ronda los 50 años y el 40% son mujeres. Cada uno trabaja en alguna de veinte comisiones parlamentarias.
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Como en las buenas citas, nuestro anfitrión nos permitió hacerle preguntas. La mayoría aprovechó para conocer cómo ha manejado el Parlamento Europeo el tema de la crisis política, social y económica que atraviesa actualmente Venezuela.
Aunque nos incomode un poco a los venezolanos, Castaño Martín nos explicó que para el Parlamento Europeo es más prioritario atender a los países limítrofes a la Unión. Confesó que Latinoamérica es “la gran olvidada”. Pese a esto señaló que en los pasados cinco años de legislatura se han emitido diez resoluciones sobre Venezuela. Sólo este año se han hecho tres: reconociendo a Juan Guaidó como Presidente legítimo, alertando sobre la emergencia humanitaria y señalando a Nicolás Maduro como principal responsable de la crisis.
La mayoría de los pronunciamientos del Parlamento Europeo con respecto al caso venezolano ocurrieron a petición del grupo de diputados provenientes de España.
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A nuestra mesa redonda de periodistas se sumó brevemente el “Merlín” de las redes sociales de la oficina española del Parlamento Europeo. Inmediatamente nos suministró la dirección en Twitter @ParlamentoUE y en Instagram @ParlamentoEuropeo.
Nos explicó que además de difundir información actualizada proveniente del Parlamento Europeo por medio de notas, videos e infografías, y monitorizar las referencias a la Unión Europea por parte de otros medios, uno de sus principales objetivos es captar la atención de la llamada generación Z –la que tiene entre 15 y 23 años de edad. Una de sus tareas diarias es atajar las fake news o bulos que sobre la Unión Europea se difundan en las redes sociales.
Castaño Martín señaló al respecto que desde hace casi cuatro años en Bruselas se instaló una oficina dedicada específicamente a detectar y contrarrestar la desinformación con respecto a la Unión Europea.
Una prueba del poder que tienen actualmente las redes sociales es que la oficina de prensa del Parlamento Europeo en España le ha dado cabida dentro de sus acreditaciones a medios ya no solo a periodistas de medios sino a destacados influencers y tuiteros.
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Antes de terminar la cita con Castaño Martín pude realizarle dos preguntas. La primera se refería a la forma en que los ciudadanos podrían proponer al Parlamento Europea la creación de alguna nueva directriz que unificara criterios dispares actualmente entre los países miembros de la Unión. Le ponía como ejemplo la cotización de antigüedad para la seguridad social: si una persona trabaja varios años en un país y luego lo hace en otro, la antigüedad no se acumula.
Nos respondió que el parlamento cuenta con una Comisión de Peticiones que recibe este tipo de inquietudes y luego realiza recomendaciones para que los diputados estudien nuevos tema sobre los cuales legislar.
También le consulté sobre los recursos asignados por la Unión Europea a cada país para el manejo de asilados y refugiados. Concretamente le pregunté si España estaba utilizando la totalidad de estos recursos.
Castaño Martín no tenía el dato a mano pero si pudo decirnos que en general la mayoría de los países de la Unión Europea están en mora sobre las cuotas de asilados y refugiados a las que se han comprometido.
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Así terminó la primera inmersión en un entorno de comunicación promovida por la Asociación de periodistas venezolanos en España para miembros. Al salir de las oficinas de la representación española del Parlamento Europeo en Madrid, me volvió a recibir el frío.
Observé las banderas azules con estrellas amarillas ondear fuera del edificio como recuerdo de que la paz es un bien altamente estimado pero frágil. Nuestro deber como comunicadores debe ser denunciar lo que atente contra la fraternidad entre los ciudadanos. El futuro es incierto y nuestro papel es llevar claridad en un entorno comunicacional saturado de información, muchas veces falsa.