Reconstruir a Venezuela: Cuatro enfoques para salir del laberinto

Venezuela no es sólo el Salto Ángel, Los Roques o El Ávila; no es sólo su petróleo, su oro o su hierro; no es sólo la arepa, el pabellón criollo o la hayaca;… Venezuela es su gente y sobre todo la más talentosa. El pasado 29 de octubre, cuatro de los “cerebros” más destacados de nuestro país se reunieron en Madrid para pensar sobre la reconstrucción de la patria perdida. Todos coincidieron en afirmar que se encuentra secuestrada en un laberinto, todos identifican claramente al Minotauro que la devora, y todos aseguran que es posible rescatarla siguiendo el hilo de Ariadna de la democracia.

Los “teseos” reunidos para adentrarse en el laberinto fueron el economista y profesor de la universidad de Oxford, José Manuel Puente; el artista que sacó a pasear las Meninas de Velázquez por Madrid, Antonio Azzato; el doctor “especialista en ocio” por la universidad de Deusto, Efrén Rodríguez; y la profesora de la universidad de Navarra y Presidente de DataStrategia Consultores, Carmen Beatriz Fernández. Y para desenredar la madeja de la conversación -con ese tono de voz que convence antes incluso de haber formulado algún argumento-, como moderador del encuentro estuvo -de la Fundación Ortega y Gasset- Ricardo García Vegas.

Economía

El primero en enfrentarse al Minotauro fue el economista Puente, y lo hizo desnudando las aterradoras cifras que ahogan actualmente a Venezuela: 5 años de recesión continua, pérdida del 50% del PIB –Producto Interno Bruto-, 70% global de desabastecimiento, único país del mundo con hiperinflación actualmente con 230% de inflación intermensual y un acumulado para 2018 de 1700000%.

Para quienes les cuesta entender tan abismales números, Puente ejemplificó usando una de las golosinas más apetecidas por los venezolanos:

“Supongamos que usted compró un Toronto el 1 de enero de este año por 1 bolívar, usted pagará por ese mismo Toronto el 31 de diciembre 1.700.000 bolívares”.

Para comenzar a tejer el hilo de Ariadna que saque a Venezuela del Laberinto, Puente presentó las siguientes líneas de acción a tomar en cuenta:

  • Recibir ayuda internacional pues los 8.800 millones de $ de las reservas internacionales actuales no alcanzan para hacer reflotar el aparato productivo venezolano, no sólo del Fondo Monetario internacional sino de otras instituciones de la comunidad internacional;
  • Estabilización de la inflación aplicando una estrategia similar al Plan Real aplicado por Cardozo en Brasil; aumento de “la torta” de ganancias a repartir entre la población venezolana;
  • Ajuste fiscal deteniendo la emisión de dinero inorgánico; eliminación de los controles de precio para asegurar la presencia de los productos en los anaqueles al permitir la aplicación de un sistema de costos de “sentido común”;
  • Desmontaje del control de cambio, es decir a un solo tipo de cambio; creación de un sólido fondo de estabilización macroeconómica que permita manejar la volatilidad de nuestro principal commodity, el petróleo; reconstruir o reinventar nuestra industria petrolera, PDVSA -hoy produce 1/3 de lo que se producía en los 90s pese a que Venezuela tiene las mayores reservas de petróleo del mundo-;
  • Renegociar el perfil de la deuda estimada actualmente en 976.000 millones de $;y recuperar el salario del venezolano, hoy en día inferior al de Cuba o Haití.

Pero aunque la estrategia sea clara, según Puente, hace falta una condición sine qua non para ejecutarla: “No es posible un cambio económico sin un cambio político”, es decir, que caiga la dictadura. Considera que hay que romper con la maldición de sostener la economía venezolana basado únicamente en sus recursos naturales. Cree que los recursos provenientes del petróleo pueden apalancar a otros sectores como el del turismo, la agricultura, entre otros.

Con respecto al tema del pago de la deuda, fue enfático en señalar que Venezuela se encuentra en default, es decir, es incapaz de pagarla; usando términos coloquiales “Nuestra generación debe hacer frente a un ratón de una pea no vivida”.

Cultura

El turno pasó entonces a Azzato, quien mostró cómo la cultura puede generar un sentido de pertenencia y fomentar el turismo dentro del proceso de reconstrucción que todos aspiramos para Venezuela. Explicó cómo siendo venezolano se aventuró a mostrarles a los españoles sus emblemáticas “meninas” de una manera original -al convocar a figuras reconocidas a intervenir una escultura con la forma de una de las figuras de la pintura de Velázquez.

Confesó que tras la idea estuvo la necesidad personal de sentir a Madrid como su casa, luego que decidiera emigrar de Venezuela para brindarle a sus hijos un espacio más seguro donde poder crecer, como hace 50 años lo hizo su padre dejando su Italia natal para establecerse en Caracas.

Las meninas no sólo tomaron las principales calles de Madrid. Como si de un virus se tratara, 6 millones de fotografías viajaron por el mundo vía las redes sociales. Todos queríamos tomarnos un selfie junto a alguna de ellas. Hay quienes incluso recorrieron a pie la ciudad, cual peregrinación, para hacerlo. Velázquez hubiera estado contento pues podría considerarse el padre del selfie, al retratarse a sí mismo en su obra.

Cuando visitamos una galería siempre nos topamos con señales de prohibición: no tocar, no tomar fotos. Inspirado quizá en ese celebre urinario que sacado de su contexto habitual y al ser presentado en un museo se convirtió en una obra de arte, Azzato de forma inversa sacó una obra del Prado para acercarla a las personas. Muchos van al museo del Louvre emocionados para ver a la célebre Mona Lisa y salen decepcionados al ver un cuadro tan pequeño rodeado de tantos sistemas de seguridad.

Las muñecas de Azzato lograron el efecto contrario, luego de juguetear con ellas todos querían acercarse a conocer la obra original. Demostró el poder que tiene una buena idea para no sólo obtener financiamiento sino para acercar la cultura a las masas.

Los venezolanos somos personas cálidas, nos gusta abrazarnos, es parte de nuestra idiosincrasia. Eso aprendió Azzato como hijo de un inmigrante italiano al crecer en Venezuela. Ahora le muestra a los españoles como abrazar a sus meninas.

Al consultarle si repetiría la experiencia en Caracas –posterior a la caída de la dictadura- pero tomando el cuadro de Arturo Michelena Miranda en la Carraca como inspiración, su rostro se iluminó con un gesto de ¡Eureka! Espero que recuerde a este periodista como el que le sugirió la idea si llega a materializarla.

Espacio público

El tercer ponente del encuentro conoce muy bien el efecto social que genera experiencias como la desarrollada por Azzato. Rodríguez explica que cuando los ciudadanos hacen vida en sus espacios públicos se genera cohesión social y disminuye la violencia, dos factores necesarios en el procesos de reconstrucción que aspiramos ocurra en Venezuela.

Citó como ejemplo el caso conocido como el de “La Teoría de las Ventanas Rotas”, en la que Nueva York vio disminuido su nivel de violencia al recuperar los vidrios de las ventanas y controlar los grafitis de las paredes. Algo similar ocurrió en una de las barriadas más peligrosas de Caracas, Petare, en la que disminuía la incidencia de sucesos violentos cuando se efectuaba proyecciones de películas en la calle, a cielo abierto. En ambos casos la clave estuvo en la recuperación del espacio público y el buen uso del tiempo de ocio por parte de los ciudadanos.

Comúnmente se dice que el ocio es la madre de todos los vicios, para Rodríguez esto no es necesariamente así. Explicó que en la Grecia antigua se valoraba el ocio pues permite la contemplación. Luego esto se corrompió en el imperio romano con su “pan y circo” para manipular a las masas y durante la Edad Media en la que la iglesia lo condenaba al considerarlo pecado. Rodríguez comentó que ahora en el siglo XX los sistemas democráticos han recuperado la visión positiva del ocio como impulsor de la economía y de la cultura.

Pensando en la reconstrucción de Venezuela, Rodríguez invita a observar experiencias exitosas en otras partes del mundo para implementarlas en nuestro país. Se refirió al caso de la ciudad de Bilbao en España, la cual cambió radicalmente a partir de la apertura del museo Guggenheim, o el caso del Parque Europa en Madrid recuperado con la intervención de una combinación de iniciativa privada y pública.

Explicó cómo implementar -por ejemplo- ciclo vías, puede disminuir el estrés de los habitantes de una ciudad, al ir en bicicleta a sus trabajos, mientras que se genera un impacto positivo en el ambiente al reducir la emisión de gases contaminantes a la atmosfera.

Consultándole cómo se podría romper con la división entre el Este y el Oeste en una ciudad como Caracas, Rodríguez mencionó que esto es posible al combinar una mejora de la infraestructura con el desarrollo de actividades que los invite a moverse por toda la ciudad. La clave está en que el ciudadano, independientemente de su clase social, comparta la misma calidad de vida.

Entre los asistentes estaba presente una joven que participó en la implementación de una experiencia de rescate del espacio público en uno de los municipios del área metropolitana de Caracas: El Hatillo. El mismo se denominó Vive El Hatillo y combinó actividades culturales y deportivas que permitió incluso integrar en actividades conjuntas al casco central del pueblo con una zona popular aledaña llamada El Calvario. Esta experiencia podría replicarse a nivel nacional en otros municipios.

Democracia

Finalmente, intervino la profesora Fernández para conversar sobre el capital social del venezolano. Comentó que durante estos 20 años el régimen chavista ha estado apostando por un cambio generacional que borre los valores democráticos de la población. Afirma que, aunque la sociedad venezolana ha sido muy golpeada, en su institucionalidad aún conserva dichos valores.

Explica que mientras Hugo Chávez instauró una tiranía de la mayoría, Nicolás Maduro está implementando algo inédito: una tiranía de una minoría, es decir, la inmensa mayoría de los venezolanos son demócratas pero se encuentran de alguna manera secuestrados.

Confía que pueda revertirse el efecto perverso que ha generado la compra de conciencias por medio del suministro de alimentos con los llamados CLAP y el pago de bonos que incluye incluso a embarazadas, lo que algunos consideran perverso pues puede incentivar el embarazo adolescente.

Narrativa

Los cuatro ponentes coincidieron en señalar la importancia de generar narraciones que expliquen las circunstancias que llevaron al país a la situación actual para evitar en un futuro, luego de la reconstrucción, que se vuelvan a repetir.

Los asistentes agradecieron la oportunidad de reunirse para conversar sobre un fututo posible para Venezuela pero en el aire quedó la siguiente inquietud: ¿Cómo pueden los venezolanos de la diáspora pasar de la reflexión a la acción que lleve a la reconstrucción del país?