Voces de la radio en tiempos de censura: Eva Gutiérrez y Alonso Moleiro
Caracas, la capital de uno de los países más violentos de la tierra: Venezuela, luego de las 6 de la tarde parece un pueblo fantasma, las carreteras están oscuras y los pocos vehículos que se atreven a conducir por sus autopistas deberían estar blindados. Dentro de sus casas los venezolanos encienden la radio para buscar un poco de esperanza dentro de tanto desamparo. Algunas de las voces a las que estaban acostumbrados a escuchar ya no están, fueron sacadas del aire por la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel). Otras, las que sobreviven, no pueden pronunciar una serie de palabras so pena de recibir un exhorto del ente regulador del régimen chavista: militarismo, masacre, golpe… Cualquiera de estas palabras puede activar la ejecución de una ley difusa en contra del odio.
Lo que pareciera un relato de ficción que leemos o vemos en una película el día de Halloween ocurre hoy en día en la otrora sucursal del cielo. De esto versó el conversatorio del 25 de octubre de Venezuelan Press en Madrid, efectuado en el restaurante Olivia, con la presencia de la periodista Eva Gutiérrez en la capital española y del también periodista Alonso Moleiro vía Skype desde Caracas.
Eva Gutiérrez es Miembro de Honor de Venezuelan Press y exhibe con orgullo su carnet número 002. Llega al encuentro con un pie lastimado, eso no impidió que asistiera. Para quien fue perseguida por tanquetas y motorizados tipo RoboCop lanzándole bombas lacrimógenas durante las protestas antigubernamentales del 2017, una torcedura de tobillo es una molestia que no la detiene.
Alonso Moleiro también es Miembro de Honor de Venezuelan Press. Se presenta en esta oportunidad como un rostro en una pantalla gracias a Skype. Varias veces la conexión se cayó pero esto no amilanó al comunicador quien ante cada arremetida del fatal Internet criollo lograba volver a comunicarse. Hace poco su programa de radio Gente de Palabra, transmitido por Unión Radio, fue sacado del aire por orden de Conatel. Aún está procesando el golpe.
La reinvención
Gutiérrez comienza la conversación con una pregunta que desarmó a los asistentes: “¿Sintieron miedo cuando decidieron emigrar?”. Todos tuvimos que reconocer que efectivamente hemos sentido miedo durante el proceso de reconstruir nuestras vidas, personales y profesionales, en tierra española.
La profesional de la comunicación, con más de 40 años de trayectoria en los medios, ya le ha tocado varias veces reinventarse. De trabajar en la radio y televisión venezolana, Eva Gutiérrez pasó a formar en el arte de la oratoria y la vocería ante los medios de comunicación a líderes políticos, incluida la aguerrida María Corina Machado. En pocos días retornará a Caracas para continuar al frente de los micrófonos de su programa matutino Un Poco de Todo transmitido desde la estación Adulto Joven 88.1 FM. Hasta ahora ha logrado sortear la censura “bajándole dos” al tono en contra del gobierno pero sin dejar de presentar “pinceladas” de la realidad que sus oyentes inteligentes saben comprender muy bien.
“42 familias dependen de la estación de radio. He debido respetar la autocensura del medio para preservar esa ventana de comunicación”, confiesa Eva.
La persistencia
Moleiro no tuvo la misma suerte. Aún se encuentra triste por haber perdido su espacio radial donde hacía un trabajo dialectico con sus invitados para desarmar ese fenómeno bizarro que es el chavismo, ahora en su escala agudizada de madurismo. Pese a las ofertas que lo invitan a dejar su país, Alonso Moleiro persiste en negarse a esa posibilidad, por ahora.
“En las mañanas pienso en los amigos que se fueron”, nos comenta visiblemente afectado.
Su esposa es uno de los motivos para no emigrar, está negada a esa posibilidad. Es por eso que cual violinista del Titanic, sigue trabajando usando la palabra escrita para varios medios nacionales e internacionales y escribiendo un libro que espera pronto ser publicado.
Ambos comunicadores coincidieron en expresar lo complejo que es sostenerse como periodista en Venezuela. Gutiérrez explica que su principal cliente publicitario no llega a pagarle 2 euros mensuales al cambio. Moleiro, quien perdió el ingreso que devengaba de sus clientes del programa de radio tras el cierre del mismo, comenta que algunos colegas siguen obteniendo patrocinio de importantes marcas. “En Venezuela hay dos sociedades: los que tienen y los que no tienen dólares”, comentó.
El miedo
Cualquier persona que no viva en Venezuela se preguntaría por qué los venezolanos no protestan cuando alguno de sus comunicadores sociales es silenciado. Los que vivimos la represión brutal, especialmente durante el 2017, lo entendemos muy bien: Miedo, hay mucho miedo.
“Los pobres ya no son chavistas. Si hubiera elecciones transparentes la oposición ganaría holgadamente. La dictadura ha establecido el reino de la impunidad”, señaló Moleiro.
Ante la pregunta de si han pensado en una fecha tope para decidir emigrar, ambos coinciden que esa fecha ya pasó, la decisión se retrasa por motivos tanto prácticos como personales. “Tengo 67 años de edad. Estoy comiéndome los ahorros. En Venezuela tengo un hijo de 30 años. De los 40 sobrinos que tengo, 25 ya han emigrado. ¿Hasta dónde puedo llegar?”, se pregunta Gutiérrez.
Por su parte, Moleiro no teme sonar cursi cuando afirma que se ha quedado en Venezuela principalmente “por amor”. Se da ánimos a sí mismo al conocer de iniciativas que intentan paliar el hambre en las barriadas de la capital por medio de donativos de alimento. Reflexiona en otros países que vivieron etapas de profunda crisis económica y política y hoy muestras un avance sustancial, como por ejemplo Perú, Ecuador o Colombia. “No tengo fecha para emigrar. Aquí estamos aguantando la pela. Vivo un exilio interno”, aseguró. Sobre la diáspora de venezolanos en el exterior, Moleiro la ve desorganizada pero con un tremendo potencial.
“La diáspora es un poder. Deben organizarse. Ustedes son fuente de inspiración”, afirmó Alonso Moleiro.
“A mí me duele mi país. Venezuela está triste”, afirmó Eva Gutiérrez.
La periodista no pudo evitar que se le aguara el guarapo al pensar en la situación actual de Venezuela. Es por eso que desea volver a retomar los micrófonos de su programa, es un compromiso: “Debo seguir dándole ánimo a los venezolanos a través de la radio”, dijo.