Nelson Garrido: “No invento nada, mi obra refleja lo que pasa en el país”
De visita en Barcelona para hablar de su obra y presentar su libro, Nelson Garrido, el artista visual que se apoya en la fotografía para denunciar la violencia en Venezuela, se vio afectado cuando la misma noche de su conferencia en Casa de América Catalunya, recibía la noticia de que el TSJ y Maduro se habían complotado para dar un autogolpe.
Fotos: Josmig Hernández
La crueldad es un gran misterio. Nadie sabe cuáles son las razones que impulsan a unos civiles y militares a aferrarse al poder en nombre de una revolución y hacerle al resto del país los días más miserables. Nelson Garrido venía algo relajado en el metro de Barcelona observando el entrar y salir de gente que reía o conversaba con el móvil, cuando un mensaje por WhatsApp lo sacó de la distracción: "Maduro acaba de dar un golpe". Entonces, lo que estaba previsto sería una conferencia sobre "La estética de la violencia y de los espacios para la creatividad crítica y el activismo en la Venezuela actual" activó con mayor fuerza un debate sobre la Venezuela que ha hecho del trabajo de Nelson Garrido un arma arrojadiza contra los actuales gobernantes.
"Quería empezar esta conferencia con una explicación del contexto en que yo creo mis obras".
A manera de excusa, Garrido, se mostró algo molesto por las noticias que le llegaban de Caracas, luego de la presentación de Marta Nin, subdirectora de Casa América Catalunya, en cuya sala se celebró una intensa y animada conferencia, donde hubo más análisis político sobre Venezuela que la indagación acerca del quehacer de este artista que se rebela para ser encasillado.
Traigo malas noticias
Para Nelson Garrido lo ocurrido la noche en que dictaba esta conferencia no debía dejarse a un lado. "Es insólito la decisión del TSJ que elimina los poderes de la Asamblea Nacional. Eso en cualquier parte del mundo es inaceptable, una locura; sencillamente es un golpe de Estado". El artista aprovechó para denunciar este hecho, antes de dedicarse a su conferencia.
"Este gobierno hace de la Constitución lo que le da la gana. Nuestros votos no valen; quienes votaron por esta gente que nos representa en la Asamblea no vale nada para esta dictadura. Por eso hay que activarse y hacer la resistencia. Para mí la resistencia es mi propia obra y creando mi ONG, que no lleva nombre porque sencillamente es el acrónimo de Organización Nelson Garrido".
Para Garrido, la muestra de esta activación y resistencia es su primer libro Sin censura y sin tapujo, que está presentando en España, en un acto de resistencia cultural. "Hay que ver cómo en Venezuela no hay papel toilette, no hay comida, no hay medicinas, la gente comiendo en la calle. Hay que hacer resistencia, con una obra, con un libro, con las declaraciones. La resistencia no tiene que ver con la política solamente sino también con los actos que asumimos los ciudadanos".
Pornografía de la violencia
"Estamos en una situación caótica a nivel mundial, de pornografía de la violencia"
Así se expresó el fotógrafo y artista visual, maestro de oficiantes de la imagen que han elevado la fotografía a la categoría de las artes. Luego de un corto que sirvió de guía para adentrarse en su obra y que él denominó su condición de "agitador cultural", Garrido describió cada una de las etapas de su trayectoria.
"Al principio comencé a trabajar con los santos, a partir de una observación que resulta evidente: para ser santo hay que estar muerto. Arranco con una gran influencia de mostrar mi obra de una manera diferente. Confieso que copié a muchos artistas famosos. Empecé a estudiar a los santos y me encuentro que en los santos hay algo seudomasoquista. Un ejemplo es cuando Santa Lucía se arranca los ojos para no pecar. En esa etapa pasé muchos años y fue así, con ese estilo, como gané el Premio Nacional de Arte Plásticas".
Luego pasaría a la etapa consagrada a una serie de fotografías como el Apocalipsis, "que es la etapa donde me encontré con el escáner y empecé a hacer cadáveres, vegetales, animales, algunos mezclados. Allí se abre una vía interesante. Los tiempos determinan el trabajo de uno. Uno no está aislado del acontecer del país en donde vive. Y mi obra refleja el acontecer de donde vivo y es allí en donde aparece el tema de la violencia".
La mirada de lo cruel
El tema de la violencia como elemento central de su obra se fue agudizando en Garrido en la medida que Venezuela se tornaba más insegura, con cifras que superan los 20 mil homicidios cada año, desde que Maduro relevó a Chávez. Ya antes había exhibido "Caracas sangrante", trabajo fotográfico y de montaje con una imagen ven las torres de Parque Central y las calles adyacentes cubiertas por ríos de sangre.
"Fue un acto de rebeldía y de respuesta a una invitación gubernamental a los fotógrafos para representar a Caracas, y me molestó ver fotos de guacamayas y parques tranquilos, como si la capital más violenta del mundo no existía… No lo sabía, pero funcionó una alarma que advertía lo que estaba por llegar. Ocurrió en 2002 cuando ya todo el mundo estaba contra todo el mundo".
A una pregunta de la subdirectora de Casa América Catalunya, Marta Nin, Garrido reitera que el tema vivencial es fundamental en su obra, sin caer en lo panfletario. Por eso no es extraño ver sus fotos de perros muertos en las calles; imágenes desesperantes de linchamientos, actos que más tarde se agudizarían.
"Lo que traté y trato en mi obra fotográfica es la realidad del país. Es la puesta de la realidad. No vas a ver allí un lenguaje subversivo, sino la realidad misma que estábamos viviendo y que ahora se ha multiplicado".
Pensamiento único
Su otra etapa fue la de Pensamiento Único, representadas con fotomontajes de máscaras de Chávez con la violencia que el fallecido presidente representaba. "Se enfurecieron los chavistas, pero lo seguí pasando. Era una serie de fotografías de Chávez, con otro Chávez y una pistola en la cabeza. El terror se manifiesta en el silencio. Y uno puede ser silencioso, pero ese silencio es irreverente".
Para Nelson Garrido, la situación política y social de Venezuela la expresa en el momento histórico y el "no silencio" es, a su juicio, lo que está viviendo. "El No Silencio es activarse. El fenómeno es sobre los nuevos modos de dictadura. El proceso venezolano es mutante. Y eso ha pasado en Venezuela: lo que existe en Venezuela no es una democracia, es una dictadura. Quizás comenzó como una democracia, porque Hugo Chávez fue elegido hace 18 años, a través del voto; pero este personaje fue mutando hasta convertirse en dictador y cuando muere, el que le siguió, que es Maduro, es el hijo del dictador; de manera que ¿qué se puede esperar de una dictadura? Nada. Por eso mis fotografías son el reflejo de esa realidad que muta, pero aceleradamente".
"Uno ve cómo a las cinco de la tarde Caracas está desolada, todo está desierto. Estoes lo que estamos viviendo: Siempre ha sido una dictadura, y ahora más. Desde las cinco de la tarde nos metemos en nuestras casas con rejas para protegernos y nos encarcelamos. Nosotros dejamos que los malandros tomaran las calles. Ese es el primer error que hicimos, dejarle la calle a los malandros".
Llámalo sexo, no erotismo
Garrido parece un artista de otro siglo, o de otro planeta. No se plantea trabajar sus obras para venderlas, y es consciente que resulta difícil que un empresario o un millonario le compre un cuadro con la foto de un perro muerto para lucirlo en la pared del comedor o de su oficina.
"Yo hago obras no para vender sino con un planteamiento ideológico. Mi obra no es para vender. Somos trovadores que creemos en la libertad, esa es mi lucha. Así como hago circular imágenes sin el sello de agua. Yo no le pongo sello de agua a mis obras. Quiero que me copien, que todo el mundo tenga el derecho de bajar y copiar mis fotografías".
Alguien preguntó por qué trabaja más con sexo que con el erotismo, lo que evitaría en cierto modo la posibilidad de ser censurado, y es entonces cuando Garrido apeló a lo que considera que es una doble moral.
"Es impresionante cómo el fascismo, el Opus Dei, han crecido. Mi cuenta en Facebook siempre me lo cierran cada 30 días. Existe al parecer un detector de pezones que está presto a detectar lo que subo para cerrarme la cuenta. Lo hacen por 30 días. En mi opinión, se trata de una doble moral, porque el sexo existe y por qué no voy a reflejarlo en mi obra. Cuando te limitan en todo, es lo que genera la violencia. En Venezuela se va a generar una gran violencia porque todo está siendo prohibido, hasta las circulación de las medicinas está prohibida. Igual digo del derecho al orgasmo. Es un grave problema porque en Venezuela prohíben hasta los condones".