Ya no son 3… ahora somos todos
Hay situaciones que celebro en esta hora en la que los venezolanos hemos decidido retomar la calle. La primera de ellas es que, por lo que observamos este martes 4 de abril en Caracas, los dirigentes de todos los partidos se han hecho presentes. Puede ser que no marcharan juntos, pero todos asistieron. Unos a Plaza Venezuela, otros a la Libertador y Los Cedros, y el resto a la autopista Francisco Fajardo. Esto marca una diferencia con lo ocurrido en febrero del 2014, cuando solo 3 partidos llamaron a la Salida.
"Afortunadamente, las fuerzas de seguridad y/o represivas del régimen no han tenido la intención de matar, o al menos, tienen miedo de hacerlo".
Herir sí, golpear, patear, lanzar gases y provocar, pero no asesinar, otra diferencia con 2014, donde 40 compatriotas cayeron por las balas de la dictadura.
Las actuales circunstancias: profundización de la crisis humanitaria, la inflación desbordada, los altos índices de criminalidad de la cual no puede escapar ni opositores ni oficialistas, aunado a la ruptura del hilo constitucional, desconocimiento del voto popular anulando las funciones de la Asamblea Nacional, están obligándonos a todos a asumir el liderazgo real en la calle.
"Es que ya no hay punto de retorno. De esta dictadura tenemos que salir".
Ya no se aguanta la situación de hambre y falta de medicamentos. No soportamos una cola más. No toleramos amenazas ni detenciones arbitrarias por el solo hecho de querer rescatar la democracia, la justicia y la paz. Con la voluntad y el esfuerzo de todos, Venezuela podrá volver a transitar las sendas del desarrollo y el progreso. Pero se hace necesario salir de la dictadura de una vez por todas.
La oposición representada mayoritariamente en el parlamento, pareciera no estar dispuesta a sacrificar su decidida posición de que el régimen, a través de su apéndice, el Tribunal Supremo de Justicia, ha dado otro golpe de Estado solicitando por ello, la destitución de 7 de sus magistrados. La dictadura por su parte, no quiere “sacrificarlos”. De hacerlo se les caería su juego macabro, su maquillaje de “cierta” legalidad para continuar haciendo lo que les da la gana, a costa de violar una y otra vez, la Constitución y leyes de la república. No hay pues, posibilidad de acuerdo.
Además, las circunstancias regionales han cambiado. Obama ya no está, llegó Trump. La fortaleza del Foro de Sao Paulo se diluye. En la secretaria de Organización de Estados Americanos, OEA, se sentó Almagro con su firmeza y talante democrático que en nada se parece al endeble y colaboracionista Insulsa.
En el continente y mas allá, hubo ciertamente un enamoramiento por Chávez que no pudo heredar Maduro. Así que, amigo lector, estamos en el camino hacia la libertad de nuestro país que podría significar también, un cambio político en el continente. Como bien lo expresara Enrique Aristeguieta Gramcko en el diario El Impulso: “el día que esto caiga, Venezuela logrará su segunda independencia” y recordemos que la primera, lo fue también para la región.
Ya a las puertas de la Semana Santa, conmemoración cristiana de especial relevancia, la lectura de “La Resurrección de Lázaro” habitual en estas fechas, nos habla de la orden que Jesús le diera a éste: “Sal fuera del sepulcro” y que no es otra cosa que la invitación a doblegar el miedo, la desesperación y la indiferencia, para colocarnos en la vía de la fe, la esperanza y de la vida.
Hacia allá nos enrumbamos, hacia el cambio que dará al traste con la dictadura comunista, su corrupción e injusticia, para comenzar a reconstruir la Venezuela de oportunidades.