Carlos Fraga: “La rabia y la venganza son hijas del miedo”
Fotos: Josmig Hernández.
Carlos Fraga, el periodista y psicólogo que ha hecho de la motivación un salvavidas para gente asustada por el fracaso y la pobreza, asegura desconfiar de las respuestas mágicas para el difícil entramado que es la vida. Una reunión con miembros de VenezuelaPress Barcelona puso de relieve a este colega (negado a dejar Venezuela), en la onda de quienes creen que “vendrán tiempos mejores, si antes desalojamos la pobreza mental, el pesimismo y el miedo”.
A Carlos Fraga se le puede tomar según el estado de ánimo de quien se acerque a oírlo. Se le puede llegar desde la desconfianza e incluirlo en el club de quienes venden libros de autoayuda y dan respuestas para todo.
Pero es válido también sentarse a su lado y escuchar al periodista de verbo disuasivo y suave, como si estuviese en la intimidad, proclamar que el mundo está a punto de estallar; y antes que se le tome como otro charlero de camionetica, este motivador que desde hace años llena las salas con sus conferencias, y orienta a grandes empresarios, médicos y gente de diferentes profesiones, te pone la mano sobre el hombro y antes de que te pares, te aclara:
“un momento… no estoy hablando solo del planeta, sino de tu mundo y del mío… “Te estoy hablando de ti y de mí”.
Así, lo que empezó como charla en una tarde lluviosa y fría en una Barcelona a la que le prometieron la primavera, Carlos Fraga la convirtió en reunión calurosa, donde la mesa larga que nos reservan los amigos de La Taverna de L´Eixample se llenó de gente con dudas no tanto acerca de sus vidas personales sino de la pregunta del millón: “¿Y cómo crees que saldremos de la crisis en Venezuela?”.
Y en esta esquina, el miedo
“Sí, Venezuela está hoy en el peor momento histórico, pero ¿quieres saber algo? Debajo de esa Venezuela horriblemente destruida, insegura, humillada, está surgiendo un sociedad más fuerte que no deberíamos perder de vista”, responde Carlos Fraga al primero que quiso dispararle indagando cómo se las ingenia un motivador para vender optimismos en un país que se acuesta sin comer.
“¿Sabes una cosa? Esos tipos que están en el poder y que yo los veo a punto de irse, no han hecho otra cosa que trabajar con la estrategia del miedo. Mira, la peor de todas las miserias humanas, desde la rabia a la venganza, provienen del miedo. Esos tipos no son fuertes porque tengan armas y malandros, sino porque han sabido inocular el miedo, incluso en su misma gente; y ya sabemos que tan mal amigo es el miedo, además de que siembra tristeza, desesperanza e infelicidad”.
Fraga da la impresión de mostrarse insoluble frente a las grandes tragedias que padece Venezuela. Las noticias de sucesos parecen pasarle de lado. Es válido pensar: aquí como que hay un truco. Pero él reconoce que igual pasa por la misma situación de su entorno. Solo que lo ve desde un paradigma diferente. Se salva para no hacer la cola en la panadería o conseguir un pollo, acudiendo al trueque: cambia sus post (tasados altamente en bolívares) por lo que requiere la despensa de su mamá.
“Yo estoy más herido que nadie y lo que ando es supurando rabia”, te dice la gente que te consigues en la calle. Lógico, llevamos 18 años en esto. Por eso, mi problema como ciudadano, orientador y comunicador no es tanto saber qué vamos hacer para sacar esta gente que está metida en esa podredumbre. Lo que debemos preguntarnos, es ¿qué vamos hacer con toda esta que anda brava por lo que está sucediendo y muchos se han ido? ¿Con qué contamos? Con toda esa gente arrecha que anda enviando tuits todo el día y retuiteando cadenas. Eso no sirve para nada”.
España en el corazón
Por vez primera Carlos Fraga viene a España para presentar su ciclo de charlas "Consciencia de Riqueza", que ya tuvo el pasado sábado 25 de marzo en el Hotel Barceló Sants de Barcelona. Antes, llenó una sala en Tenerife, “ese lugar del mundo donde yo quisiera vivir mi vejez”.
Conferencias que incluyen una guía práctica, en las que destaca una explicación vivencial, amorosa y clara “para rediseñar una nueva estructura de pensamiento, emoción y acción acorde con lo que realmente somos, seres abundantes y prósperos. Porque la falta de dinero puede ser un problema circunstancial, pero la pobreza es una actitud mental”.
Pero volvamos a lo que más nos asusta: el miedo. Un sentimiento que Carlos Fraga califica de dañino porque “no solo enferma” sino que impide a la gente a dar el gran salto.
“Insisto, es el miedo el que te sabotea que seas feliz, disfrutar de la vida, le pone precio al tiempo, desencadena guerras y siembra odios donde debería estar el diálogo”.
Conciencia y riqueza
De eso trata mi segundo libro: el problema de la pobreza no se limita a la tenencia; no me refiero a la gente que le falta, sino a los que se creen pobres. Pobre es el que compite para desplazar al otro, el que traiciona, el que roba... No necesariamente se es pobre por carencia. Antes de que alguien apure su trago y arrugue la cara Fraga explica: Mira si eres rico o millonario, me tienes que decir en dónde está tu riqueza.
“Una persona que vive con escoltas y muchos carros, no es rico, porque la vida vale al exponerse y cuando no te puedes exponer libremente se acaba tu riqueza. Yo asesoro al presidente de un banco y él me ha confesado que se siente un pobre que tiene dinero y yo le digo: sí, tú eres un pobre con dinero, porque tiene una vida que el 70% de tu dinero es para protegerte; no para vivir, sino para creer que así triunfas, así no se vive”.
Cambiar de paradigma
Entonces, ¿qué es lo que hay que cambiar? Fraga responde: el paradigma, un concepto en desuso. Acumulación, vencer y éxito. Cuando uno le habla así a la gente, le dice además, que debe saber que este mundo está mal, un planeta que se está cayendo a pedazos, porque priva el miedo no el amor; pero la gente cree que es el planeta en sí mismo, cuando en realidad somos todos”.
Por eso explica que sus conferencias funcionan como un despertar. “Cuando le dices a tu hijo que debe estudiar porque eso es bueno, debes agregar que no es para que seas el primero, sino para que sonría, para que lo abraces, te acerques, colabores, para que ames, para que te amen. Esa es la vida”.
“A nosotros nos criaron para ser número uno. Y cuando queremos ser el número uno, muchas veces dejamos de vivir, porque perdemos la capacidad de disfrute, de cooperación, acercamiento, de hacer equipo. Se pierde todo eso. Cuando tú ves que la educación está centrada solo en ser el número uno, se está creando una persona infeliz, porque si quieres que tu hijo sea el número uno, aunque sea barrendero o gerente de una multinacional, será infeliz. Eso lo ves en personas exitosas que no saben relacionarse. Allí, mi trabajo es ayudarlo a cambiar de paradigma para que pueda reventar las ventanas completas y saber qué va hacer con esos vidrios rotos”.
Gracias a la vida
Alguien le arguye que se puede ser el mejor y al mismo tiempo ser feliz. Fraga sonríe como si lo esperaba y apela a su verbo preferido: disfrutar.
“Yo hablo de disfrutar, el primer verbo que nos negaron. El disfrute empieza cuando te despiertas. Despertar es un acto de vida; en 10 segundos ejerces un acto de de recogimiento, de agradecimiento porque estás vivo. Pero cuando eso no te lo enseñaron, despiertas desconectado de la vida y los 10 segundos lo usas para repasar la lista de las tareas del día. Entonces tienes que ir a los otros para referenciarte y es así cuando empieza el problema con los otros, y te sale la frase: hoy quiero ser el mejor; no la de ser el más feliz. Es ahí donde debes empezar a cambiar de paradigmas”.
La otra Venezuela
Carlos Fraga repite: Venezuela está en el peor momento histórico, pero hay debajo de esa Venezuela horriblemente destruida, otro país que se va haciendo. “Lo veo cada mañana en el Parque del Este donde 100 personas se dedican a meditar o en otras partes donde las jornadas de yoga o meditación son masivas y te paran el corazón. Ese es el país que yo avizoro, y que involucra a ricos y pobres, el país que está naciendo; que no es ruidoso sino silencioso. Un país que poco a poco está venciendo el miedo. Es por eso que no me voy de Venezuela, y eso que yo tengo la nacionalidad estadounidense; porque es parte de mi trabajo y eso lo quiero ver como resultado”.
Contrario a lo que los prejuicios nos advertían, el conversatorio con Carlos Fraga resultó un momento grato. No hubo aplausos ni vivas. Solo una chica –que más tarde relató un pedazo triste de su vida– se sumó a la reunión y le agradeció “por haberla rescatado con sus charlas de las horas más difíciles”, lo que le agregó color venezolano al encuentro.
De hecho, hubo la sensación de que las palabras de Fraga pudieron ser reconfortantes para muchos. Pero igual, afuera en la calles de Barcelona llovía con más fuerza. Hasta Carlos Fraga tuvo que esperar a que escampara.
Fraga en tres pildoritas
- “El amor productivo no está en la cuenta bancaria. Yo les digo a las parejas que empiezan a madurar que cuando generan un verdadero amor productivo para ambos es cuando vencen el miedo de quedarse solos”.
- “Uno se siente capaz de trabajar para sí cuando disfruta lo que hace. Eso es un trabajo. Tenemos conciencia de trabajo pero no de empleo. Es como el jardinero, que ve la flor, le quita el sucio de los pétalos, que remueve la tierra. Eso no lo tenemos nosotros, porque para nosotros trabajar es hacer las cosas lo más rápido. Es en esos segundos de la prisa sin disfrute es donde se nos van los años y envejecemos”.
- “Si vamos a reconstruir el país, obligatoriamente tendremos que contar con todas las partes; y para ello debemos vencer el miedo del que no piensa igual que yo, mañana será nuestro enemigo. Un país se levanta con la fuerza espiritual de todos, no de un sector nada más”.