Jubilados venezolanos en el exterior, entre la indolencia de su gobierno y la indiferencia de la comunidad internacional
Los jubilados y pensionados venezolanos en España se manifestaron este 4 de febrero en varias ciudades para recordarle al gobierno venezolano, y a la comunidad internacional, que llevan 15 meses sin cobrar.
La manifestación de Madrid fue la más multitudinaria, pero las de Andalucía, Asturias, Alicante, Cataluña, Canarias, Galicia y Valencia también congregaron a buena parte de 4.000 pensionados y jubilados venezolanos en España. El objetivo era protestar, a una sola voz, la violación de su Derecho a la Seguridad Social, consagrado en el artículo 22 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, perpetrado indolentemente por el gobierno venezolano y observado con indiferencia por la comunidad internacional.
En la madrileña Plaza de Sol, cientos de jubilados mostraron sus pancartas, sus banderas, sus desdichas y sus arrestos. Les acompañaban familiares, amigos y una representación del partido UPyD, encabezado por Cristiano Brown, únicos políticos españoles que atendieron al llamado y prestaron su apoyo, al igual que en Valencia lo hizo la concejala de este misma tolda, María Dolores Jiménez. Y en las redes son los únicos que, hasta este momento, se han hecho eco de la manifestación.
¿Nos harán caso?
Pedro Ontiveros y Beatriz Corona, representantes de la Asociación de Pensionados y Jubilados venezolanos en Madrid (ASOPEJUVECMA), organizadora de la movilización en la capital española, se preguntaban si, tras esta acción, alguien les haría caso. Necesitan saber si el gobierno venezolano dará alguna respuesta, o si el gobierno español hará alguna consulta formal para saber por qué Venezuela está violando el acuerdo bilateral que garantiza el pago de las pensiones a sus nacionales residentes en el otro país.
“Llevamos quince meses sin cobrar, pero lo peor es que tampoco tenemos respuestas. El gobierno venezolano hace oídos sordos y el español pareciera que no se quiere meter en ese asunto” reclaman los afectados.
Y a juzgar por la escasa presencia de políticos españoles en la manifestación, tal parece que llevan razón.
Violación flagrante de Derechos Humanos
Pero la manifestación no sólo tenía como objetivo recordarle al gobierno venezolano y español la precaria e inhumana situación que están viviendo, sino hacer un llamado a la comunidad internacional, a los organismos encargados de velar por los Derechos Humanos, para que actúen ante esta flagrante violación del Derecho a la Seguridad Social.
“Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social, y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, habida cuenta de la organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad”.
Éste es el artículo que el gobierno venezolano está violando, ante la mirada indiferente de quienes tienen que actuar cuando un Estado no cumple con su obligación.
Los pensionados y jubilados venezolanos en el exterior también están amparados por otros instrumentos internacionales firmados por Venezuela como son el Convenio relativo a la norma mínima de la Seguridad Social (Conferencia General de la Organización Internacional del Trabajo,1952; Convenio Nº 102); el Convenio relativo a la igualdad de trato de nacionales y extranjeros en materia de Seguridad Social (Conferencia General de la Organización Internacional del Trabajo,1962; Convenio Nº 118); el Convenio relativo a las prestaciones de invalidez, vejez y sobrevivientes, asistencia médica y prestaciones monetarias de enfermedad (Conferencia General de la Organización Internacional del Trabajo,1967; Convenio Nº 128); y el Convenio relativo a la asistencia médica y prestaciones monetarias de enfermedad (Conferencia General de la Organización Internacional del Trabajo,1969; Convenio Nº 130).
“Estamos en completa indefensión y no tenemos cómo demostrarlo porque el gobierno venezolano no reconoce el impago” explican, recogen sus pancartas y se retiran.
En breve anunciarán la próxima acción, la siguiente estrategia. ¿El objetivo? Percibir su dinero, cobrar lo que por derecho tienen que recibir tras años de duro trabajo, disfrutar de una vejez digna. En ello les va la vida.