Tamara Suju, representante internacional del Foro Penal Venezolano y hoy asilada en la República Checa, recorre Europa para denunciar la situación de encierro, aislamiento y torturas de un centenar de presos de conciencia en Venezuela. Así habló en Barcelona.

Poco importa valorar si el gobierno de Nicolás Maduro se ajusta al perfil de una dictadura o se trata de un régimen con rasgos autoritarios. Sin embargo, Tamara Suju tropieza a diario con este dilema, cada vez que asiste a un foro o se entrevista con parlamentarios europeos a quienes les expone la situación por la que atraviesan más de un centenar de presos políticos en Venezuela.

Miembro activa del Foro Penal Venezolano y defensora en los tribunales de varios estudiantes, que fueron apresados sin orden legal y torturados durante los agitados días de 2014, la joven abogada suspendió de pronto su cotidianidad cuando, tras regresar de un interrogatorio en la sede del Sebin (la policía política venezolana), se enteró que el entonces presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, la acusaba de “traición a la patria” y exigía su encarcelamiento.

“Me acusaron de traición a la patria, una acusación sin fundamento porque, como abogada y defensora de los derechos humanos me cuidaba con celo de no realizar ningún acto fuera de la Constitución y de las leyes, pero obviamente no podía callar ante los casos de torturas a estudiantes detenidos en las manifestaciones, y que el gobierno los convirtió en presos políticos”.

Tamara Suju, que ahora dirige el Instituto de Estudios Latinoamericanos, CASLA, con sede en Praga, no pierde el objeto de su presencia en Barcelona. Durante su intervención en el foro organizado por Casa de América de Catalunya, invitó al público conformado por españoles y venezolanos, a divulgar la grave crisis de derechos humanos que afronta Venezuela, indiferente de que se esté realizando una mesa de diálogo.

La abogada, experta en derechos humanos, advierte que su caso no es el único: el resto de sus compañeros de equipo en el Foro Penal Venezolano han debido pasar por la Fiscalía y someterse a interrogatorios en el Sebin por denunciar al gobierno de Maduro ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos o en la ONU.

“Esta intensa persecución contra todo el equipo de trabajo del Foro Penal Venezolano me obligó a salir del país en 2014 tras una situación de acoso policial, revisión de mis correos e intercepción de llamadas telefónicas. Fue entonces cuando, después de una acusación pública del entonces ministro del Interior, Miguel Rodríguez Torres, y de las palabras de Cabello, mis compañeros me invitaron a abandonar el país bajo la premisa de que sería más útil afuera que presa”.

En Venezuela se aplican torturas sin piedad

A partir de entonces, Tamara Suju no ha parado. Un día se reúne con la Comisión de DDHH de la Unión Europea, y otro aparece en la sede de ONU o de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA para despertar a los funcionarios que suelen dormirse con los voluminosos materiales que documentan las torturas a jóvenes que apresados, incluso sin haber participado en marchas, para que reaccionen y sus acciones no terminen en lamentos porque han llegado demasiado tarde.

“Mi labor hoy no es la de exponer mi situación, sino la de alertar con pruebas documentadas la peligrosa rutina de la violación de los derechos humanos en Venezuela”.

Así subraya Suju durante el foro, donde previo a su conferencia fue proyectado el cortometraje “La tumba”, recreación ficcionada, dirigida por María Eugenia Morón, que muestra “los horrores que el Sebin comete contra los presos políticos en sus calabozos, ubicados debajo de la Plaza de Venezuela, en Caracas”.

“Lo grave en Venezuela es que todos los organismos de seguridad del gobierno repiten el mismo patrón de tortura: aislamiento total, aplicación de electricidad en zonas sensibles del cuerpo, asfixia mecánica, tortura sexual (entiéndase desde la verbalización y las amenazas explícitas sexuales hasta la violación), entre otras. Esas torturas se siguen aplicando sin piedad. Es un patrón fijo de la Guardia Nacional, Sebin, Cicpc, Policía Nacional Bolivariana y otros cuerpos, hechos que la propia Defensoría del Pueblo conoce”.

Precisamente, porque, en opinión de Suju, pese a una suerte de “tregua” que el gobierno de Maduro intenta proyectar, en ocasión de la mesa de diálogo, “liberando a unos presos y deteniendo a otros”, es la razón por la cual la abogada no se cansa de visitar a cuanto organismo internacional quiera o no escucharla.

“Yo he recopilado 59 incidencias, con nombres, el momento y el lugar de los detenidos. Además de revelar más de 300 casos de víctimas de tortura que incluso desde 2011 se han ido incrementando”.

Tamara Suju describió lo que fue su sistema de trabajo en Caracas: consistía en entrevistar, cuando podía, a los presos y les pedía que escribieran de puño y letra todo lo que les había pasado. Toda esa recopilación, sin valoración personal, reposa en el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya. Se trata de una compilación de lo que ha sido la tortura sistemática en Venezuela desde 2002 hasta hoy. “Allí están las numerosas denuncias de torturas, desde la época de Chávez, a quien considero el principal culpable, porque fue él quien instruyó cómo ejecutar estos actos. Por eso Chávez es tan culpable de la violación de los DDHH como Maduro”.

El caso Maduro

Por ahora, Tamara Suju se ha concentrado en el caso Maduro, que ella denunció (y a cuya documentación sigue aportando nuevos elementos) el pasado 27 de junio. Son varios folios con denuncias sobre el uso de la tortura para controlar y desestabilizar psicológicamente al ciudadano que protesta o hace huelga o manifiesta porque no consigue alimentos o no tiene electricidad o el más elemental servicio médico.

“Torturas que además inflingen para que alguien en su desesperación acuse a cualquier ciudadano de ser golpista. Esta práctica ha sido sistemática desde 2002 hasta ahora. No es que Maduro, al respecto, sea más malo que Chávez; es que es tan malo como Chávez, aunque repito que fue Chávez quien comenzó con la tortura como sistema represivo contra los venezolanos”.

Diálogo y presos

Tamara Suju dice mantener sus reservas respecto a los resultados de la actual mesa de diálogo Gobierno-MUD. Teme que este proceso de negociación haya permitido reducir las detenciones arbitrarias y las torturas. De hecho, afirma que la tortura en Venezuela ha recrudecido en más de 300%.

“No ha habido cambio en la represión, ni en las detenciones arbitrarias, y en este proceso, el gobierno está utilizando a los presos políticos como rehenes para negociar. Para decirlo de otro modo, este gobierno, que ha sido calificado de forajido, necesita rehenes para negociar. Y eso lo están haciendo ahora. Sueltan 30 y ponen preso a 60 personas injustamente. Están jugando con el derecho a la vida: no hay alimentación, la gente se está muriendo de hambre. Tenemos cifras de grupos familiares donde come uno solo de los hijos en detrimento de los otros. Hasta algunas veces, la madre no come, para dejárselo a sus hijos y lo que le deja es poco. Se está jugando con el derecho de la vida”.

Como representante internacional del Foro Penal Venezolano, Tamara Suju no ha dejado de mantener contacto con el país. Asegura que en los foros y charlas en los cuales interviene, siempre hay alguien que narra casos de detención y torturas de familiares y amigos; incluso de algunas de las personas que asistieron a la cita organizada por Casa de Américas en Barcelona. Porque, como ella suele repetir...

...“en Venezuela no se trata de que las personas decentes no tengan nada que temer, porque para unos gobernantes que además de corruptos han perdido todo tipo de sensibilidad, cualquiera puede ser señalado de sospechoso”.

Nadie lo duda, como decía un personaje de Bertolt Brecht, “el largo barzo de la represión se crece con el silencio de las víctimas y cuando los testigos voltean hacia otro lado… hasta el día que toquen a tu puerta, y descubras ya muy tarde que no es el cartero”.

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