Sin dinero ni respuestas, pensionados venezolanos en España sufren una pesadilla
Miles de pensionados venezolanos que residen fuera del país sufren en este momento una pesadilla, que desde enero de 2016 se repite mes tras mes, al comprobar que no llegan los pagos de sus mensualidades a las que tienen derecho. Y en España la situación se agudiza, porque es el país donde viven más jubilados y donde los organismos diplomáticos de Venezuela no ofrecen ni respuestas.
"La Embajada y los Consulados venezolanos se desentienden de esta situación y además los funcionarios nos irrespetan. Pedimos a la Asamblea Nacional que investigue qué está pasando con estos pagos que nunca llegan y que se solidarice con las personas de la tercera edad que residen en el exterior".
Así lo denunció José Miguel Moreno, un jubilado venezolano que vive desde hace dos años en Madrid y padece problemas financieros por el incumplimiento del IVSS que no le paga sus mensualidades. “Como yo, hay miles de pensionados venezolanos que viven en Barcelona, Vigo, Bilbao o Galicia, entre otras ciudades y han denunciado la situción en reiteradas ocasiones ante sus respectivos Consulados, sin obtener respuesta”, señala.
Moreno recuerda a quienes administran estos recursos desde el gobierno en Caracas que el acceso a una pensión “no nace como una iniciativa altruista de éste (u otro) gobierno para arropar a una parte vulnerable de la población, como lo son las personas de la tercera edad, como tampoco es una ayuda, misión o beca que responda a determinada época del año o a determinado color o ideología política”. Y así se lo ha hecho saber a los entes diplomáticos venezolanos a través de una misiva, en la que destaca que obtener una pensión nace de un derecho adquirido por haber trabajado y cotizado durante años, que está contemplado en la Constitución venezolana y se gestiona a través del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS).
“Los jubilados venezolanos que vivimos en el exterior nos sentimos abandonados a nuestra suerte y muchos pensamos que es un pase de factura por haber salido del país; un país donde no hay garantías, donde se vive con miedo, con hambre y ya casi sin salud”.
Otro venezolano afectado es Eduardo Páez, quien reitera que los adultos mayores venezolanos que residen en el exterior no solo están a la deriva porque no tienen cómo cubrir sus necesidades básicas: alimentación, medicinas, servicios (alquiler, agua, luz, gas, etc.), “sino que también debemos lidiar con el irrespeto de que los funcionarios de consulados o embajadas venezolanas, del propio IVSS o gobierno venezolano se desentiendan de nosotros, no escuchen nuestras denuncias y tampoco nos faciliten información sobre esta delicada situación”.
Los jubilados venezolanos en el exterior están desesperados, conscientes de que ya no cuentan con otro medio que les proporcione el dinero necesario para salir adelante. Dicen que ya lo han dado todo, y ahora solo buscan descansar y vivir una vejez con dignidad y tranquilidad, ese derecho ya lo han adquirido pero los encargados de velar por que se respete prefieren mirar una vez más para cualquier otro lado menos para el lado o la realidad de la que son responsables.
"Pido a la Asamblea Nacional que se solidarice con nosotros y haga lo que esté a su alcance para investigar qué pasa con el pago de estas pensiones que nunca llegan" concluye Moreno.