Los periodistas tienen un debate pendiente
Ahora que estamos ante la posibilidad real de cambiar el sistema político impuesto a los venezolanos desde hace 18 años, creo conveniente crear un espacio para discutir el papel de los periodistas en la dura labor de reconstrucción del país y la recuperación de la credibilidad de los medios, los periodistas y sus organizaciones.
No será tarea fácil, después de años de abusos y de confrontación. Necesitamos superar los odios sembrados desde el proyecto autoritario y la desconfianza que ha crecido en el campo de las víctimas de tanto atropello. Una gran dosis de tolerancia debemos administrarnos cada día para evitar la repetición del ciclo destructivo que convertiría justicia en venganza.
Los comunicadores sociales, organizados en el CNP, debemos tomar conciencia de la tormenta que hemos soportado, por lo menos, durante los últimos 25 años.
Los periodistas venezolanos han conquistado su derecho a tener una Ley que proteja el ejercicio de su profesión, superando la campaña desarrollada por los medios y los organismos empresariales nacionales e internacionales. A pesar del triunfo político y gremial que significó la aprobación de la Ley de 1994 y su ratificación posterior por el TSJ, hay quienes se niegan a reconocer su plena vigencia.
Y luego, con la llegada del chavismo a Miraflores, desde 1998 se desarrolló una despiadada acción orientada a desconocer al gremio organizado y a desnaturalizar la Ley de Ejercicio.
La elección de una nueva Asamblea Nacional, el 6D de 2015, aleja la amenaza de la derogación de la Ley que protege el ejercicio profesional del periodismo, y un eventual cambio de Gobierno por la vía del revocatorio, cambia radicalmente la grave situación de abusos y atropellos contra medios y periodistas de los últimos 17 años.
Pero este cambio exige de nosotros una nueva visión, deslastrada de los prejuicios creados en la etapa que termina y con un enfoque en el que se reconozcan los dramáticos cambios que se han producido en el mundo de la comunicación y la industria de la información ante el desarrollo de internet.
Debemos promover la discusión de varios temas que nos afectan directamente con el propósito de asumir una nueva relación con los medios tradicionales y los nuevos medios digitales y ante la política comunicacional e informativa del nuevo gobierno. Una nueva visión que fortalezca el trabajo de rescate de nuestros derechos fundamentales, como la libertad de expresión y el derecho a la información, pero también de nuevas y mejores condiciones de trabajo.
El papel de un CNP fortalecido es fundamental en esta etapa que se avizora. Después de años de agresiones sistemáticas, orientadas a liquidar las organizaciones de una sociedad democrática y plural, para sustituirlas por el “estado comunal”, llega el momento de unirnos en torno a nuestros colegios profesionales, nuestras ONGs, nuestros sindicatos, nuestros partidos.
Ojalá podamos construir entre todos esos espacios para debatir, proponer y acordar propuestas en relación, por ejemplo, a las atribuciones sindicales que la Ley del Trabajo (Art. 369) confiere a los colegios profesionales para discutir con los empleadores condiciones profesionales y laborales dignas.
Ya es hora de poner en marcha un Centro de Formación Profesional que responda a la necesidad de actualización y especialización profesional en el campo del periodismo digital.
Estoy seguro que estas y otras ideas, lanzadas en la tierra fértil del gremio periodístico, promoverán un debate abierto, respetuoso y desprejuiciado sobre los temas que definirán la actuación del CNP ante las nuevas realidades.