“Seguimos vigentes porque el desorden que vimos no se ha parado”
Coreados por venezolanos adultos y jóvenes, Desorden Público puso a bailar a la gente de Barcelona para festejar el 5 de Julio, pero sin cadenas ni desfiles militares. Evento organizado por Asocaven, más de un centenar de personas bailaron al ritmo del desorden. Su gira por Europa contempla Madrid: 15 de julio, la Coruña, Tenerife, París, Amsterdam, Alemania, Dinamarca, Suiza, Suecia y Gran Bretaña.
Texto: Elizabeth Araujo/Josming Hernández
Fotos: Joaquín Ferrer
Sea en Boston, España o en Lisboa, los domingos son para no salir de cama y prolongar el sueño de la farra sabatina, pero el pasado 10 de julio la Asociación Catalana Venezolana, Asocaven, sacó de sus casas en Barcelona a miles de catalanes y venezolanos para festejar el Día de la Independencia de Venezuela, en un evento que tuvo impregnado de nostalgia y amistad bajo la mirada de un sol furioso de verano.
Así, por octavo año consecutivo, la fecha patria venezolana se celebró con un reencuentro en la Plaza Mayor del Poble Espanyol, en Barcelona, donde se destacó la venta de comidas típicas, elaboradas por los muchos restaurantes venezolanos, y la presentación, entre otros artistas, de la exitosa banda Desorden Público, que no paró de sonar hasta las 11 de la noche. El ritmo fue contagioso.
Para Vanessa Sánchez, presidenta de Asocaven, el propósito de esta celebración no es otro que reunir a la comunidad venezolana, cada vez más presente en Cataluña, en “una ocasión para recordar sus orígenes, estrechar lazos de pertenencia y a la vez mostrar a Barcelona algo de nuestras tradiciones”.
Allá cayó…
Recién llegados de la presentación triunfal en Valencia (España) y con una agenda de más de 15 años de giras por delante en toda Europa, que esta vez se estaciona en Madrid, Praga, Amsterdam, París, Alemania, Suecia, Suiza, Roma, los muchachos de Desorden Público se encargaron de poner la rumba repitiendo el éxito que cosechan en cada ciudad que visitan.
“Ésta es la primera vez en la que vemos tantos venezolanos, lo que nos habla en verdad del éxodo”, señala con asombro Horacio Blanco, quien en 1985 fundó en Caracas, junto con el bajista Luis Chacín “Caplís” una banda de ska que ellos definen con sonido propio, nacido de la fusión de elementos caribeños con el sonido urbano caraqueño
Es también la primera vez que el tour está organizado por empresarios venezolanos radicados en Europa, “lo cual lo veo como algo positivo porque nos habla de gente que se está preparando para regresar a Venezuela con mayor conocimiento y más experiencia”.
- Se ha dicho que más que simples canciones sus temas son crónicas de lo cotidiano, de lo que ven y pasa en Venezuela…
- Todas las canciones que he escrito (unas 200) apelan a personajes ficticios, pero que siempre nos los conseguimos en cualquier lugar: un cumanés en Arabia, un margariteño en Canadá o un zuliano en Suiza, por eso no dejamos de mencionarlos en nuestras canciones, porque ha sido masivo el éxodo de venezolanos en todo el mundo. De hecho, hubo uno que estaba en África y nos reclamó que porqué no lo había mencionado.
- ¿Salen de Venezuela no solo para cantar y consolidar su éxito, sino también para congregar venezolanos regados en todas partes?
- Sí, antes de salir de Venezuela ya empezamos a sentir una energía indescriptible, porque queremos ver a esos compatriotas que están realizando estudios o emprendiendo. Imaginaba que aquí íbamos a encontrar caras tristes, pero lo que hemos visto son rostros de gente que quiere superarse, por encima de las dificultades. Somos fuentes vivas de una generación de venezolanos que quieren tomar riendas de su futuro; por eso, te repito, muchas de las crónicas son crónicas vivas, aunque los personajes sean ficticios.
- ¿Hay una diferencia entre la juventud venezolana de cuando ustedes se estrenaron la de ahora?
- Como yo siempre veo lo positivo y lo bueno de las cosas; muy a pesar de lo jodido que estamos allá, yo veo a unos jóvenes, en Caracas o en el exterior, que se están preparando para una resurrección colectiva. Hay mucha energía. Apenas el tour comenzó ayer en Valencia y traemos esa mochila llena de la locura de Venezuela.
Horacio, ha escrito y cantado más de 200 canciones
- ¿Qué creen que siente el venezolano que los escucha por primera vez?
- Nosotros somos unos cronistas, y así viajamos por Venezuela y fuera del país. Yo creo en la resurrección colectiva, y sentimos que se está acabando con todo ese zaperoco que nos ha llevado a odiarnos entre venezolanos. Nuestro trabajo de más de 31 años es honesto, tocamos con optimismo y mirando al futuro, sin caer en los dos extremos pero tampoco en el conformismo. Nuestros álbumes son sobre la realidad que vivimos.
"Los que se quedan, los que se van", es una canción que todo el mundo se sensibiliza, es muy emotiva. La gente llora. "Bailando sobre las ruinas", que está en nuestro última creación es el choque opuesto, es la Venezuela que nos toca vivir, porque creemos que la vida y el baile deben triunfar sobre la muerte.
¿Nunca han pensado irse del país?
"Mira, hubo momentos en los 90 en los que hubiésemos podido ir del país, mucho antes de todo este proceso, porque teníamos mucho trabajo en Puerto Rico y otros países, pero lo pensamos y seguimos en Venezuela. Yo tenía 16 años cuando comenzó Desorden Público, y lo mío era divertirme. DP nació como un proyecto de verano y nuestro primeros fans eran las panitas de la cuadra y comenzamos a grabar el cassette. Recuerdo que en los 80 había autobuses de la GN que decían Orden Público y esos eran los más corruptos y nosotros dijimos 'si esos son del orden público, nosotros seremos Desorden Público'. No en balde, canciones que tocamos en los 90, como 'Políticos-paralíticos' y 'Todo está muy normal' siguen vigentes".