¡No tengan miedo de remover al indocumentado!
A pesar de todos los obstáculos, el Secretario General de la OEA, Luis Almagro, tuvo el valor de invocar ayer martes 31 de mayo, la Carta Democrática Interamericana contra el gobierno de Nicolás Maduro. El informe preparado por Almagro de 132 páginas, es demoledor. Queda claro, para venezolanos y extranjeros, que Maduro es “un político inmoral que perdió la visión de la política porque lo único que le interesa es mantenerse en el poder”. Más adelante, el mismo informe dice que la OEA no pretende resolver el problema de los venezolanos, sino colaborar en su solución. Sin duda que somos nosotros quienes tenemos que resolverlos. Para ello debemos utilizar cualquiera de los mecanismos constitucionales y democráticos que buscan el término de la pesadilla en que se nos ha convertido el Socialismo del Siglo XXI, impuesto por Chávez y Maduro a los venezolanos.
El referéndum revocatorio es el primero de los procedimientos que ha escogido la Mesa de la Unidad Democrática y, entre marchas y contramarchas, ahí va, sin fecha establecida aún, pero jamás a realizarse antes del próximo diciembre.
Particularmente, me inclino por otro: la exigencia a Nicolás Maduro de presentar su Partida de Nacimiento venezolana, legal y auténtica y el certificado de no poseer otra nacionalidad. Algunos dirigentes de la MUD señalan que este mecanismo constitucional, pacífico y democrático es "una pérdida de energía".
Si desde Caracas quiero trasladarme a Los Teques, jamás tomaría la autopista de Oriente, ya que tendría que agarrar por El Guapo, rodar hasta caer al Henry Pittier, enrumbar hacia Altagracia de Orituco, luego enfilar hacia San Juan de los Morros, tomar por Maracay y bajar por Tejerías para llegar a Los Teques. Eso es más o menos el referéndum, un camino muy largo, con pérdida de tiempo y energía. La exigencia de la Partida de Nacimiento venezolana a Maduro, es como ir a la capital mirandina desde Caracas, pero por la Panamericana. Es posible que encontremos tráfico... pero siempre será más corto y directo que el trayecto anteriormente descrito.
Cada día encuentro más personas convencidas de que Maduro no es de aquí, sin embargo, algunos se muestran incrédulos ante la posibilidad real de que podamos salir del usurpador. Ellos afirman que "este régimen mantiene secuestrados todos los poderes y por ende, el Tribunal Supremo de Justicia desestimará la acción parlamentaria de anular la juramentación como presidente de la república a Nicolás Maduro, por no ser venezolano por nacimiento y/o poseer doble nacionalidad".
A ellos les digo que si nuestros diputados pensaran igual, que no hay que hacer leyes ni aprobarlas porque el TSJ las "ponchará", nunca hubiesen aprobado la Ley de Amnistía, o de propiedad a los usuarios de la misión Gran Vivienda Venezuela, o la Ley de Reforma Parcial del TSJ, por ejemplo. No hubiesen negado la Ley de Emergencia Económica que luego el Supremo impuso como vigente. La tarea hay que hacerla. ¿Por qué no exigir con firmeza -no sólo coreando "Maduro es colombiano"- que quien ocupa a Miraflores presente hoy mismo su Partida legal o va pa fuera? ¿Vendrá un choque de poderes? Sin duda alguna. Pero es preferible que éste se plantee de una vez por todas.
La población está asfixiada por la angustia de la escasez de casi todos los rubros de alimentación, por la falta de medicamentos, por la inflación desatada y la inseguridad reinante en la calle, el cambio - por el que votamos el 6D- evitaría la explosión social que está en puertas... no podemos esperar hasta diciembre... el pueblo no aguanta más.
Si el Referéndum Revocatorio y la Partida de Nacimiento tienen el mismo efecto (la salida de Maduro) por qué aceptamos uno y desechamos otro. Por qué escoger el largo y no el corto. A quienes me dicen que el RR es a punta de votos les digo que sí... y la partida también o ¿no votamos 14 millones de electores por quienes ocupan una curul en la AN hoy? 8 millones otorgamos una mayoría calificada a la unidad para que ejercieran la voluntad popular y, la primera exigencia es ¡Maduro vete ya!
Señores diputados, sin miedo aprueben la nulidad de la juramentación del indocumentado. Apliquen el Decreto Gramcko. ¿No les harán caso? Se desatará entonces el choque de poderes, la crisis política que nos llevará al enfrentamiento entre un régimen atrincherado en Miraflores, contra todo un pueblo en la calle acompañando a sus representantes. Y ahora, con la comunidad internacional de su lado, invocando la Carta Democrática solicitada por el Secretario General de la OEA.
Apoyemos esa decisión constitucional, pacífica y democrática de salir de un presidente que jamás debió sentarse en la silla de los mandatarios, por no reunir el requisito indispensable de "ser venezolano por nacimiento y no poseer otra nacionalidad".