Anita pregunta por el país

Anita me escribe desde Ashfield, un suburbio de Perth, Australia, adonde fue a dar con José, a quien le ofrecieron empleo de ingeniero. Ana Cisneros fue una de las mejores alumnas en Periodismo de Investigación en la UCAB, de modo que cuando me anunció su partida, la felicité pero ella lloró. Su novio sí, saltaba de alegría: iba en pos de la oportunidad. Hija única, una sola tía y dos primos como precario legado familiar, con su viaje Ana temblaba por dejar a solos sus padres, mayores de 60 años, algo enfermos y sin medicinas.

El asunto es que lleva año y medio en ese extremo del mundo, y es ahora, tras pasearse por twitter y notar que el trending topic de su país ha sido tomado por ‪#‎Saqueos‬, ‪#‎Dorsay‬, ‪#‎Apagones‬ o ‪#‎Maracaibo‬, entre otras tendencias, sé de ella porque me pregunta qué pasa en Caracas. ¿Qué decirle que no haya sabido ella, aun cuando resida en Australia?

Sin dudas, vista desde afuera la crisis venezolana se siente como una bomba de tiempo a punto de estallar. La situación parece no dar para más y los ciudadanos –chavistas o no– advierten el gran desastre, pero Nicolás Maduro se resiste a enfrentar o tomar decisiones que sirvan para resolver la crisis.

Apuntalado por un sector corrupto y oportunista de la FAN, su gobierno se mueve hacia el abismo con cadenas televisivas y decretos ridículos que dejan en evidencia que su última jugada podría ser la violencia. Ellos, los primeros en saquear el país, ahora no saben qué hacer cuando desde el interior del PSUV sus militantes revientan de desesperación y se une a quienes empiezan a llevarse las sobras.

Ante esta conmoción social, Maduro y los militares corruptos que apuestan a meter miedo con sus armas, está sopesando un decreto de estado de sitio. Si echan mano a la represión directa para “restablecer el orden”, en lugar de afianzar la estabilidad democrática darán un paso al vacío.

¿Sabe Maduro que sigue aislado y que por no cambiar el rumbo económico-social de su gobierno, como se lo piden su gente y la oposición, va a tener como desenlace su salida de Miraflores?

Su obstinación se debe quizás a que cree tener el poder porque esa convicción halla eco en los cascarones vacíos institucionales del TSJ, la Fiscalía, el CNE y la Defensoría del Pueblo, entre otras instituciones.

Anoche, después de la cadena de apagones que se multiplicaron en varias regiones, otro estallido clausuró la jornada: los cacerolazos y las fogatas en las avenidas en respuesta a los apagones, el desabastecimiento y la negativa del CNE a liberar las planillas para activar el revocatorio (que al fin se logró), es apenas una advertencia para el tiempo que le queda a quien desde la mediocridad ya pasó a la historia como el peor presidente de Venezuela.

Para fortuna del nefasto “comandante eterno”, quien tal vez se revuelva de alivio y hasta de risa bajo su pesada lápida que ya nadie visita por desencanto y por miedo a los asaltantes.