Los árboles mueren de pie
El título del foro de Espacio Público del último lunes de marzo “Periodismo de pie”, encaja perfectamente en la versión más aceptada de la obra del dramaturgo español Alejandro Casona cuando los ponentes coinciden en que prefieren morir de pie antes que arrodillarse ante el Estado y vender su independencia editorial a cambio de papel periódico y otros insumos.
Es inevitable otra referencia sobre el acertado título de este foro: los árboles son derribados para convertirlos en pulpa con la que se elabora papel periódico.
El Foro de la ONG que dirige Carlos Correa convocó a tres protagonistas de este drama: Oscar Murillo, Correo del Caroní; Carolina González, El Carabobeño, y Juan Carlos Salas, El Impulso. El moderador también es una víctima de la crisis de papel que amenaza con desaparecer a los diarios venezolanos: Víctor Amaya, TalCual.
Oscar Murillo participó telefónicamente, desde Puerto Ordaz, y narró las peripecias del Correo del Caroní para mantenerse con vida en el mercado editorial. De 48 páginas, formato standard, pasó a 8. Luego se transformó en tabloide y, actualmente, sale como semanario de 16 páginas. Murillo ratificó la decisión de los periodistas y trabajadores del diario, y la voluntad del editor, David Natera, de seguir en la calle a pesar de no recibir papel del monopolio Alfredo Maneiro que comercializa papel y otros insumos a dólar preferencial.
Carolina González, de El Carabobeño, hizo una excelente presentación con videos y testimonios de todo el proceso que culminó hace una semana con la última edición del diario pionero del periodismo del centro del país. Este periódico imprimió su último ejemplar en papel el 17 de marzo y se despidió con un editorial titulado “Zarpazo a la libertad”, pero asegurando que pronto volverá a sus lectores. Desde hace un año la corporación Maneiro le niega papel a El Carabobeño obligándolo a cambiar a formato tabloide, eliminar páginas y, finalmente, desaparecer. La colega explicó que el diario ahora está en la web y en la radio para seguir sirviendo a sus lectores sin dejar de llevarles las informaciones más importantes y cumplir con el legado de su fundador Eladio Alemán Sucre.
Juan Carlos Salas, de El Impulso, participó en representación del editor Carlos Carmona y comenzó señalando que ya se había perdido la noción de “cuerpos” en el diario haciendo referencia a que los tres casos analizados en el foro eran de formato standard y editaban 4 cuerpos diariamente. Ahora El Impulso, el diario más antiguo del país (1904) circula con un solo cuerpo de 16 páginas. En varias ocasiones ha anunciado su final, pero ha logrado sobrevivir y, asegura Salas, tienen el compromiso de seguir garantizando el derecho a la información de sus lectores.