Álvaro de Marichalar: “Venezuela habrá salido de la crisis cuando los niños de Cuajaracume tengan algo digno que comer”
El navegante y empresario español, Álvaro de Marichalar, llegó a Venezuela el 5 de enero de 2016, a un pueblo desconocido hasta para los venezolanos: Cuajaracume, caserío de pescadores que no supera los 200 habitantes, situado a unos 90 kilómetros de la ciudad de Coro, a donde todos llegan por vía terrestre… menos él, que llegó por mar. Su moto acuática “Numancia” lo dejó varado frente a sus costas cuando navegaba de Colombia a Punto Fijo.
“La embarcación ya presentaba algunos fallos, y a la altura de Cuajaracume, alrededor de las cinco y media de la tarde, dejó de funcionar. Calculé el rumbo del viento y como pude me acerqué a la orilla. Cuando llegué no había nadie, pero en menos de cinco minutos ya estaba rodeado de gente, principalmente de niños con los ojos muy abiertos. Probablemente ni ellos, ni ninguno de los presentes, había visto hasta entonces a un español llegar así a sus costas”.
Marichalar contó esta historia en el encuentro que mantuvo con periodistas venezolanos de Venezuelan Press en la cafetería Mocca Café de Madrid, días antes de regresar a Venezuela para recoger su moto reparada y continuar la ruta de su "Expedición Descubrimiento - europeo - de Florida y del océano Pacifico", hacia Barcelona, Margarita, Puerto España, las Antillas y Puerto Rico, donde subastará la embarcación a beneficio de la ONG "Haití se pone de pie".
Un proyecto de vida
Las dos horas que duró este conversatorio fueron suficientes para conocer “de cerca” a un español comprometido que ama a Venezuela, a España, a Iberoamérica, a los indígenas, al planeta, a la gente de bien y a la vida. Se emocionó especialmente cuando, tocando una pulsera de tela que llevaba en su mano izquierda, cerró los ojos y recordó que el día anterior había “muerto de hambre” una niña indígena en Uribia, capital de la provincia Wayúu.
“Están allí sin agua, sin comida, sin luz. Colombia tiene una gestión muy buena, pero los Wayúu están olvidados. Yo le he escrito una carta al presidente Juan Manuel Santos, porque la responsabilidad es del que manda”, señaló.
Tras denunciar que la multinacional Monsanto “cambia el ADN de las semillas, las patenta, las vende y controla este mercado mundial, incluidos sus propios abonos y pesticidas”, señaló que su proyecto de vida incluye la defensa del planeta. “Porque cuando navegas en alta mar, desconociendo lo que hay a miles de kilómetros debajo de ti y viendo cómo cae la noche en medio de esos colores que se funden con el infinito azul, te das cuenta que eso hay que defenderlo”, expresó.
En solitario
Álvaro de Marichalar navega en solitario. No lleva embarcación de apoyo. Y así ha realizado 40 expediciones marítimas, Atlántico incluido, en su particular embarcación, algo que le ha valido 12 récords del mundo. “He visto de todo, menos orcas. Estoy consciente de que no es un deporte, es una locura. Por ejemplo, de Roma a Nueva York tardé 65 días y me caí 650 veces, unas 10 por día. Para esto hay que estar preparado” explica.
Trabaja 10 meses al año en sus empresas y los otros 2 meses se los dedica al mar, a luchar por lo que cree y a llevar su mensaje allá a donde es escuchado. “Rumbo al horizonte azul” se titula su libro que traduce en conferencias en varios escenarios internacionales, donde promueve el respeto a la naturaleza, la vida sana y el espíritu de superación personal.
En Venezuela, antes de zarpar el 26 de febrero con destino a Puerto Rico, hablará de su “Vuelta al Mar Caribe en solitario” en varias conferencias que dictará en colegios, universidades y empresas.
“Porque Venezuela tiene que estar muy orgullosa de lo que es, de las riquezas que tiene, de su identidad, de su gente y de su ruta como país” afirma Marichalar, convencido de que “lo único que puede sacar a Venezuela de la crisis es el espíritu de concordia y, cuando esto pase, sabrá que ha salido de la crisis cuando los niños de Cuajaracume tengan algo digno que comer”.