El otro 6D
En medio de la tensión y las expectativas creadas por las elecciones parlamentarias del 6D en Venezuela y luego por los históricos resultados que los convierten en un verdadero sacudón político; naturalmente, nadie podría distraer su atención hacia algún otro acontecimiento. Por más señas que se pudieran hacer en medio de esta algarabía, ni un solo mortal iba a desviar su mirada de este hecho memorable que se desarrolla ante nosotros y cambia la historia política de nuestro país.
Hay otro 6D. Más modesto y sin consecuencias tan espectaculares. Un 6D que no aspira competir con el verdadero protagonista de este momento como es el triunfo de una contundente mayoría en las parlamentarias.
Para los comunicadores sociales y todo el gremio periodístico existe un 6D signado también por una victoria después de una jornada incansable de trabajo. Después de transitar un camino empinado, lleno de obstáculos, sin recursos; enfrentando ataques externos e indiferencia interna durante 14 años.
Sin embargo, poco a poco fuimos ganando fuerza, fuimos sumando respaldos, los colegas entendieron la trascendencia de nuestra propuesta, no hubo espacio que no visitamos para explicar el proyecto, para aclarar dudas, incluso, para modificar algunos artículos.
En este 6 de diciembre, al rememorar aquel acontecimiento, debo elevar una palabra de agradecimiento el respaldo de todos mis compañeros de Junta Directiva, de las seccionales, a los colegas de los medios de comunicación, a otros colegios profesionales, a los estudiantes y profesores de comunicación social.
Un nombre, entre muchos otros que no caben en esta breve nota, debo mencionar con respeto: Alfredo Tarre Murzi, presidente de la Comisión de Cultura del Senado de la República que no dejó de acompañarnos.
Sí, hubo otro 6D. El 6 de diciembre de 1994, ante los periodistas y estudiantes que colmaban el palco de la prensa del Congreso de la República, fue aprobada por unanimidad la nueva Ley de Ejercicio del Periodismo.