El Show del pan de jamón hizo reír y llorar a los venezolanos en Madrid
La Sala La Refinería de La Sombra Producciones fue el escenario donde, el 10 de diciembre, Claudio Nazoa y Amílcar Rivero presentaron en Madrid su Show del pan de jamón, en medio de una exitosa gira internacional. Más de un centenar de venezolanos, y españoles, se dieron cita en el lugar para disfrutar de la velada, llena de humor, gastronomía, chistes, historias, recuerdos, anécdotas, risas y hasta lágrimas.
Organizado por la Asociación de periodistas venezolanos en España Venezuelan Press, el evento fue todo un éxito. La sala estaba especialmente decorada como el salón de cualquier hogar venezolano en Navidad, los músicos cantaron aguinaldos tradicionales, los artistas dieron todo de sí y el público, entregado, disfrutó cada minuto de la función. La combinación perfecta para un espectáculo perfecto.
Amílcar abrió la noche, recreando sus propias vivencias como inmigrante en Estados Unidos, mezcla de verdad y ficción, que arrancaron más de una larga carcajada a cada uno de los asistentes. A través de su historia de los "cinco whiskys" fue contando, paso a paso, las aventuras y desventuras de los venezolanos que, desesperados y esperanzados, salen de su país en busca de un mejor destino. Eso sí, dejó claro que, por mucho que la situación mejore, la Navidad venezolana no tiene parangón.
"Esto hay que celebrarlo". Claudio Nazoa comenzó su set festejando los resultados de las elecciones parlamentarias en Venezuela.
Hizo el humorista y haciendo un repaso de la sociedad y la política venezolana en los últimos años, para llegar a lo más esperado de la noche: enseñar a elaborar su tan famoso pan de jamón. Pero no lo hizo solo, algunos asistentes improvisados de entre el público lo ayudaron, junto a una bellísima San Nicolasa como asistente.
Niño lindo, Aguinaldo Carupanero, Din Din Din, Niño criollo... fueron algunos de los aguinaldos tradicionales venezolanos que interpretaron los músicos, integrados en todo momento al espectáculo, como un todo. Estuvieron Carlos Franco en la percusión, Pastor Jiménez al cuatro y Luciana Kube (periodista y miembro de Venezuelan Press) en la voz, acompañada de otras voces igualmente especiales.
Entre chistes, reminiscencias y la esperada “echadera de broma”, durante más de dos horas, toda la sala se llenó de alegría y buen humor, reflejando la felicidad que en este momento embarga a los venezolanos, tanto fuera como dentro de Venezuela.