28
junio
Allá nadie nos quiere
He visto con dolor a muchos venezolanos quienes, ilusionados y creyendo en pajaritos preñados, se fueron a otras tierras, y ahora están pasando muchísimo trabajo, paradójicamente por no tener trabajo, ni cariño, ni tierra, ni un café con una arepa obsequiada por un amigo.
Comprendo y comparto la desesperación y el dolor de los venezolanos que presencian cómo, día a día, se destruye nuestro país. Pareciera que hay un gigante loco quien, con un martillote y en compañía de un ejército de enanos ciegos, sordos, aduladores y enfurecidos, acaba